En busca de un golpe de efecto. El Cádiz, sabedor de la dificultad que entraña el partido del próximo fin de semana, está utilizando todas las armas a su alcance para conseguir que los jugadores tengan más argumentos a los que agarrarse para remontar la eliminatoria final contra el Athletic de Bilbao B. Ayer se dio a conocer que se producirá una renovación colectiva si se consigue el ascenso a Segunda División A, que es una medida llamativa a cinco días del choque más importante de la temporada.

Una rueda de prensa convocada por la entidad citó ayer a los medios de comunicación en la sala de prensa del Ramón de Carranza, donde, curiosamente, acudieron más empleados del club que profesionales de los medios. También llamó la atención que el presidente, Manuel Vizcaíno -compareció junto al director deportivo, Jorge Cordero-, abriera la cita solicitando preguntas cuando era el Cádiz el que había convocado a la prensa. Incluso comentó que si no las había se levantaba y se iba.

No fue una comparecencia que aportara aspectos nuevos salvo la renovación colectiva del equipo en caso de ascenso. "Todos los jugadores están renovados para Segunda División A", apuntó el dirigente, una medida que, lógicamente, afecta a aquellos futbolistas que el próximo martes acaban contrato. Un golpe de efecto con el que persigue ganarse un poco más al vestuario, sobre todo a aquel sector al que la incertidumbre sobre su futuro en caso de ascenso le estaba acompañando.

Dentro del mensaje y la defensa que realizó sobre los profesionales, Vizcaíno señaló lo siguiente: "No cambiaría a ningún jugador del Cádiz a día de hoy ni ninguna decisión sobre ningún jugador del Cádiz. Confío en esta plantilla, que nos ha llevado a donde nos ha llevado. Hay futbolistas que tienen momentos mejores o peores a lo largo de la temporada. No son máquinas".

Otro de los focos hacia el que miró Vizcaíno fue el de a afición. "He visto muchas veces reaccionar a la afición del Cádiz y le pido que haga lo que siempre hace. Que nos reciban en el autobús como suele hacer, como aquí se sabe hacer, y que el domingo a las dos de la tarde se enfaden o lloren de alegría. Soy uno de los que me identifico con el aficionado que se hizo más de dos mil kilómetros y sintió la frustración de ver que no se encarrilaba la eliminatoria en Bilbao".

Mirando ya al choque del domingo, el dirigente sevillano vertió su parecer. "No contemplo no ascender el domingo". Pese a estas palabras, no ocultó la realidad: "El Cádiz no está dando en el play-off el nivel al que nos ha acostumbrado durante la temporada. El Villanovense era inferior al Cádiz y el UCAM tampoco pudo aguantar nuestro ritmo y ambos tutearon al Athletic B. El Cádiz debe solventar la eliminatoria con cierta holgura", dijo ante la sorpresa de todos después del 2-0 encajado en la ida, aunque seguidamente trató de arreglarlo al indicar que "lo vamos a sacar adelante con sufrimiento". "Es cuestión de fe. El fútbol cambia de una semana a otra". Regresando a lo vivido en San Mamés, recalcó que "para mí, el equipo dio una imagen patética". "No fue el Cádiz que conozco". Y sobre las declaraciones de Claudio, advirtió que "asume la realidad como es y no pone paños calientes".