Artes marciales

Karate para luchar contra el virus

  • Las chiclaneras Erika Benavides y Ana Butrón, pioneras en las clases 'on line' gratuitas durante el confinamiento.

Erika Benavides y Ana Butrón haciendo un 'shutu uke', una técnica de bloqueo.

Erika Benavides y Ana Butrón haciendo un 'shutu uke', una técnica de bloqueo.

Por todos es conocida la Escuela de Karate-Do Manuel Benavides, con más de 170 alumnos, muchos de ellos acostumbrados a campeonar en los distintos a nivel autonómico, nacional e internacional. Su heredera e hija, la propia Erika, es el mejor estandarte, con una trayectoria deportiva envidiable. El antiguo nombre del club era el Cedisur Chiclana, por un patrocinador de la época y Manolo Benavides también se encargaba de dar las clases de karate de la Delegación de Deportes. Hace ya unos años el sensei tuvo que retirarse por problemas personales, pero Erika y su fiel escudera, Ana Butrón, se hicieron cargo de todo.

"De pequeña, yo veía que todas mis amigas se apuntaban y no quería quedarme atrás. Desde entonces las dos somos inseparables", cuenta Ana. La conocida entre sus compañeros como la kumitera, es parte fundamental del proyecto, pues cuando tuvo que hacerse cargo de las clases también puso sobre la mesa la idea de crear la escuela federada, ya que los grupos eran cada vez más grandes.

Erika siempre había querido crear una escuela que llevara el nombre de su padre así que solo faltaba firmar. "Manolo es nuestro sensei (maestro) y creemos que este es el mejor homenaje para todo lo que se merece", continúa Ana. Desde entonces la escuela imparte sus clases en el nuevo pabellón de El Fontanal.

El problema que ha arrastrado la pandemia de Covid-19 es la oleada de ERTEs que han hecho tanto empresas privadas como públicas y ambas se han visto afectadas por ello. Como monitoras del Ayuntamiento, Erika y Ana están dentro del expediente temporal que el Consistorio hizo a la empresa de servicios de las instalaciones deportivas, que incluye a las dos.

El confinamiento también afectó a su otra rama de ingresos, pues tuvieron que cerrar la escuela. Esta situación obligó a las karatecas a empezar a dar clases on line totalmente gratuitas desde el mismo mes de marzo, iniciativa que tuvieron las chiclaneras y que posteriormente han seguido otras escuelas.

"El ERTE no lo cobraremos hasta el 10 de junio, por eso hemos solicitado que nos cedan alguna instalación al aire libre en cuanto las abran", explica Ana. Mientras tanto, "seguimos dando clases por internet, totalmente gratuitas, durante toda la semana", continúa Erika.

Lo primero que se ha visto afectado han sido los exámenes de grado, cuyas convocatorias son en junio y diciembre, "así que la primera oportunidad la hemos perdido", explica Ana. Respecto a los niños, "son los que menos problemas presentan, pues la mayoría terminan en mayo y retoman las clases en septiembre, pero los karatecas de competición han visto interrumpidos sus entrenamientos de golpe".

Compiten a nivel nacional y europeo, aunque ambas instructoras creen con resignación que el próximo Campeonato de Europa, programado para noviembre en Rusia, finalmente acabará cancelándose como ha ocurrido con el resto de competiciones y en otros deportes. "Además, ya de por sí, la modalidad de kumite (combate) se había suprimido, dejando como única en competición el kata. También exigen un visado que tarda dos meses en tramitarlo".

Así que, por el momento y para mantenerse activas tanto ellas como el grupo de competición, están preparando la primera Copa On line de la Federación Andaluza, en la que la Escuela Manuel Benavides participará en la modalidad de kata. El plazo para enviar los vídeos termina el 12 de junio y el día 20 se publicarán los resultados en la propia web de la Federación.

Tanto Erika como Ana aseguran haber pasado las primeras semanas de confinamiento, las más duras, "bastante bien" gracias al deporte que practican. "El karate es más que eso, es una forma de vida y también una lengua universal, porque los nombres de las técnicas son los mismos en cualquier parte del mundo. Si empiezas a practicar desde pequeño sientes la necesidad de seguir con ello siempre, te aporta mucho en tu vida diaria. Te da seguridad a la hora de afrontar un problema, amplitud de miras, aporta concentración", explica Ana. "Te hace ser una persona creada por el karate, segura de sí misma, responsable, que reprime la violencia, con autocontrol en todo tipo de situaciones y cultiva tu autoestima", completa Erika.

El karate está abierto a todas las edades, no hace falta ser deportista para empezar, sino que el propio deporte te va formando en base a tus capacidades para aprovecharlas al máximo. "Desde que entras en el dojo (escuela) todos seguimos unas normas. Es cuestión de cumplir a rajatabla el dojokun del karate: Respeto a los demás, lealtad, integridad, esfuerzo, constancia y reprimir la violencia".

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