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Cien años de fidelidad

  • La Línea y su Real Balompédica renuevan los votos de su indisoluble vinculación en una entrañable y multitudinaria conmemoración del primer siglo de historia del club

 Centenares de linenses de todas las generaciones se reunieron ayer en el corazón de La Línea, la Plaza de la Iglesia, para celebrar el primer siglo de vida de la entidad más emblemática de la ciudad, su Real Balompédica Linense. Así lo reconoce un documento de la Federación Andaluza de Fútbol. Fuegos artificiales, cánticos, bengalas, tarta... nada faltó en un cumpleaños que se constituyó en una jornada de convivencia entre todas las familias que forman parte de esta entidad. Un día que puso una vez más de manifiesto que La Línea y la Balona forman un binomio indisoluble y que mereció la mejor de las valoraciones por parte de los organizadores, objeto de numerosas felicitaciones.

La Balompédica comenzó ayer muy temprano a celebrar su primer siglo de existencia, al que llega, no hay que olvidarlo, afincada en la cuarta plaza del grupo IV de la Segunda división B, es decir, una de las que da derecho a final de la temporada a pelear por el ascenso a la Liga Adelante. Antes del mediodía ya había sido izada la bandera de grandes dimensiones con los colores que identifican a este club en toda España, que desde ahora presidirá el acceso principal al centro de la ciudad. El acto que contó con la presencia de alcaldesa, Gemma Araujo.

Para entonces ya hacía rato que un buen número de esos colaboradores anónimos que hacen posible a diario el milagro en el que se ha convertido la irrefrenable marcha de este club habían comenzado a engalanar los aledaños de la Parroquia de la Inmaculada para que respirase en blanco y negro a lo largo de lo quedaba de día.

La tarde dio paso a la aglomeración de balonos en torno a la imagen con la que Nacho Falgueras inmortalizó el cuadro de otro linense ilustre, Cruz Herrera: Las Tres Gracias. El conjunto había sido engalanado como se merecía el evento, que no tardó en convertirse en un interminable intercambio de saludos, abrazos y recuerdos, con constantes alusiones al inabarcable pasado del club y a muchos de los que lo hicieron posible pero que ya no tienen la oportunidad de compartir estos momentos. A ratos las sensaciones recordaban a los mejores momentos de otra seña de identidad de La Línea: su Domingo Rociero.

Poco antes de las 19:00 horas los integrantes de la actual plantilla arribaron a la zona de la fiesta a bordo del trenecito que cada tarde pasea a los niños de La Línea por sus calles. 

En aquella plaza les esperaban incondicionales de todas las edades, exintegrantes de diferentes plantillas que, con más o menos relevancia, han defendido en algún momento el histórico escudo: Salvador Mota, Manolo Cruz, Gabriel Navarro 'Baby', Domingo Moreno, Mauri... Asimismo acudieron representaciones de diferentes fuerzas políticas de La Línea, otra vez con la primera autoridad al frente.

El reparto de cerveza sirvió para ir abriendo boca, mientras tanto la popular Chirigota de Pepe Torres como la banda musical amenizaban la espera a los momentos de más profundo sentimiento balono, el que tuvo lugar cuando, con todos los presentes portando bengalas encendidas y fuegos artificiales dando colorido al cielo como telón de fondo, las campanas de la parroquia, junto a las que habían sido colocadas banderas del Centenario, comenzaron a redoblar en honor del equipo de La Línea al tiempo que un '100' ardía junto a la puerta.

El reparto, por parte de integrantes del plantel, de una gigantesca tarta elaborada por el reputado pastelero linense Roberto Parrado fue poniendo el punto y final, al tiempo que los asistentes entonaban el "Por la Recia" y el "oé Recia oé" que identifican a la afición en cualquier campo.

El vicepresidente Javier Baglietto, auténtico alma mater del acto que tuvo lugar anoche, dijo: "Ha  vuelto a quedar de manifiesto la unión que existe entre el pueblo de La Línea y la Real Balompédica, algo que ha sucedido durante toda la historia. Para los linenses ésta ha sido una jornada inolvidable e histórica que era lo único que perseguía el club".

Por su parte el presidente, Alfredo Gallardo, fue rotundo: "Grande, grande, grande y más grande", espetó al serle solicitada su valoración. "Ha sido muy bonito, muy emocionante, ver a tanta gente en torno a la Real Balompédica. Son muchos los que no han podido contener las lágrimas, porque todos nos acordamos de los que ya no están y hubiesen disfrutado con nosotros como seguro que lo han hecho allí donde estén".

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