El Nápoles será el rival del Athletic en la última ronda previa de la Liga de Campeones, según el sorteo celebrado ayer en la sede central de la UEFA en Nyon. Éste también estableció que el partido de ida se juegue en el estadio de San Paolo, el día 19 de agosto, y el de vuelta en San Mamés, una semana después, el día 27. Los dos encuentros comenzarán a las 20:45 horas. El que supere esta eliminatoria se clasificará para disputar la fase de grupos de la Champions League y el que caiga eliminado caerá directamente a la fase de grupos de la Europa League.

Curiosamente, el Nápoles, con el que nunca se ha enfrentado el conjunto bilbaíno, era el rival que menos querían los aficionados del Athletic. Según una encuesta del propio club, sólo el 2% se decantaba por los italianos, mientras que la mayoría, un 39%, prefería al Zenit ruso.

En esa eliminatoria previa, los socios no tendrán que pagar, por lo que se espera para la vuelta una gran entrada en la Catedral. El Athletic cuenta con 44.117 socios (incluidos los nuevos, los socios barria, tras la construcción del nuevo campo), menos de 10.000 de los cerca de 54.000 espectadores que acoge el nuevo estadio bilbaíno.

Ésta es la segunda vez que el Athletic encara una eliminatoria previa de la Liga de Campeones. En la anterior, en la temporada 98-99, la superó eliminando al Dinamo Tiblisi georgiano.

Al Nápoles tampoco le cayó en gracia medirse con el Athletic, como manifestó su entrenador, Rafa Benítez. "Es el rival más difícil de los cinco que nos podían tocar, porque juega un buen fútbol y recibe un gran apoyo en San Mamés de más de 50.000 espectadores. Aunque estoy convencido de las opciones de mi equipo para alcanzar el objetivo. Será bonito, un duelo muy intenso", confesó el madrileño.