El Cádiz piensa en Julio Peguero para que sea director deportivo

El Cádiz contará la próxima temporada con un nuevo director deportivo. El cargo que dejara vacante Félix Carnero tras la marcha de Arturo Baldasano y que asumiera José Manuel Barla hasta final de temporada, busca un candidato que deje un mejor sabor de boca que el dirigente gallego, cuyo paso por el club amarillo se puede calificar de desastroso a tenor del rendimiento de los fichajes que realizó bajo su mando.

La mirada del Cádiz apunta a Huelva. Concretamente a Julio Peguero, que en la actualidad forma parte de la comisión deportiva del Recreativo. Peguero es un clásico en el balompié del Decano, donde lleva trabajando dos décadas y cuenta con un prestigio muy reconocido por todos.

Según nuestras fuentes, Peguero es un hombre que agrada a Antonio Muñoz, presidente cadista, pensando en el proyecto que tiene en mente. Es un técnico que lleva toda su vida vinculado al fútbol, que es conocido en casi todos los estadio de España porque es un experto en realizar seguimientos e informes de equipos y jugadores, y que domina como pocos el mercado de Primera, Segunda A, Segunda B e incluso Tercera División, categoría en la que frecuentemente se deja ver.

Julio Fernández Peguero, que es su nombre completo, cuenta con el carné nacional de entrenador que se sacó en la misma promoción que Rafa Benítez. De ahí a que mantenga una estrecha relación de amistad con el entrenador del Liverpool. No es una persona alejada de los banquillos porque en varias ocasiones ha tenido que hacerse cargo del equipo onubense. Lo hizo en la temporada 1999-00 y hace tres años, en ambos casos con el conjunto blanquiazul en la categoría de plata.

Los que le conocen bien lo definen como un hombre muy de club, que se ajusta a lo que manda el presupuesto y que tiene muy presente a la cantera. Un poco de lo mucho que necesita el Cádiz para pensar en mejores tiempos como los que vivió no hace mucho. Los que califican su labor, desde la capital onubense, como impagable, entienden que para la idea que maneja el Cádiz puede ser muy válido. No obstante, no tienen tan claro que recale en el club amarillo si al final tiene que militar Segunda División B.

Con la posibilidad de que Peguero pueda aterrizar en el Ramón de Carranza, la intención es que José Manuel Barla continúe en la entidad ejerciendo como adjunto de éste siendo su hombre de confianza en la parcela de la que, entre otras cosas, dependen los fichajes y la planificación deportiva de la temporada.

Barla ha estado en solitario al frente de la dirección deportiva cadista desde la marcha de Félix Carnero, que fue el máximo responsable de todos los fichajes que se realizaron en el mercado de verano. El ex jugador cadista no las tenía todas consigo cuando en la mesa de Carnero estuvieron nombres como los de Yago y Gastón Casas. A priori su presentimiento no era equivocado. La responsabilidad del gaditano en materia de incorporaciones contempla las tres de diciembre, Natalio, Kosowski y Bangoura, que han decepcionado a pesar de que quedar la sensación de que el jugador cedido por el Almería y el polaco tienen madera de futbolista.

Julio Peguero se ha caracterizado en las filas del Recre por ser enemigo del protagonismo y de estar en la primera página de los medios de comunicación. Prefiere desarrollar un trabajo mucho más oscuro y oculto de la luz pública en busca de los mejores resultados para el club que le paga.

El Cádiz lleva algún tiempo estudiando las opciones que maneja para dotar de personal y mayor garantía la dirección deportiva de la entidad. Es una misión de la que se está encargando Antonio Muñoz. El presidente apostó en su momento por Alberto Benito en lo que fue su primer gran acierto para este cargo, que en temporadas anteriores no terminó por llegar a buen puerto. Con Benito como director deportivo, que también contó con Barla como hombre de confianza, el Cádiz logró salir del pozo de la Segunda B y llegar a Primera. Cierto es que bajo su dirección deportiva se recoge el descenso a Segunda A y la apuesta por Oli para entrenar el equipo en que había colgado las botas y que al final no cuajó.