La mascarilla en exteriores no sirve para nada. Su imposición fue un invento del Gobierno para dar la sensación de que se ocupaba de la sexta ola. Echamos de menos a un ministro riguroso, como Salvador Illa. Ahora nos tenemos que tragar a una ministra medio tonta, como Carolina Darias. Aunque bien pensado, en apenas dos años y medio hemos pasado del gobierno bonito al gobierno de las alcaldesas de pueblo.
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