Recomendaciones para cuando acabe el apocalipsis. Costa Azul. FSM

24 de abril 2020 - 09:04

Fui primero de camping con el coche de mi suegro, a base de bocadillos, mirando con envidia las terrazas llenas de gente guapa, las playas privadas, los hoteles de lujo , los restaurantes que prometían almuerzos deliciosos. Hace 38 años de aquello. Nadie nos quitaba la primera mirada sobre lugares mágicos, paisajes espectaculares, sitios que habíamos visto en películas, de las que hablaban a menudo en televisión( Brigitte Bardot , Louis de Funes,¡"Atrapa a un ladrón"!) donde veraneaba la gente con dinero cuyas fotos aparecían en las revistas del corazón, "Vamos toda la basca a la corte monegasca" que cantaba Moncho Alpuente y Los del Río Kwai, o lo que es lo mismo Grace Kelly, Rainiero, Carolina y Estefanía, ahora todo degradado por el mamarracho de Alberto de Mónaco, la Corniche donde se mató la musa de Alfred Hitchcokc. Desde Saint-Tropez a Frejus, Cannes, Antibes, Menton,Niza y Montecarlo. Lugares de lujo donde la gente vive una vida que yo jamás viviré. Siempre que va uno por primera vez a algún sitio posa una mirada casi virginal, los ojos abiertos a lugares donde jamás llegó a pensar que pudiera ir, reservado para otros. Las siguientes veces va a descubrir rincones no visitados. En mi caso volví la última vez con más dinero, a un apartamento junto al puerto de Niza. Aunque seguíamos sin poder alojarnos en el Negresco pero sí podíamos sentarnos a comer en algunos restaurantes, a tomar un cafe au lait con un croisant en alguna terraza . Pude correr por el Promenade das Anglais, que traducido resulta el Paseo de los Ingleses. Pudimos ir a una playa privada, previo pago de la entrada, por supuesto, aunque tengo que decir que esas playas de chinos no merecen el dinero que piden por bañarse allí. Fuimos a comer a un maravilloso restaurante donde el menú consiste en lo que el cocinero haya querido hacer ese día, no hay carta donde elegir. Te sientas y te ponen lo que hay. Eso sí, todo de categoría. Está justo en un costado del muelle de . Tambien tengo que decir que la ensalada Niçoise no vale nada, a pesar de su fama. Hay un restaurante donde todo está sazonado con trufa, justo al comienzo del Promenade das Anglais, creo que se llama Terre de Truffes pero no estoy seguro. Curioso, aunque un poco empalagoso. Nicolás Sarkozy, en un alarde de vanidad, le pidió a la escritora Yasmina Reza que contara en un libro la campaña que le llevó al Elíseo, tan seguro estaba. Por supuesto ella lo hizo en "El alba, el anocher o la noche". Allí cuenta una cena en Niza en la que el que luego fue presidente de la República le propuso una noche loca de amor. Eligió un lugar adecuado, desde luego. Niza es un sitio maravilloso, un casco antiguo pegado a la montaña que desemboca en un mercadillo donde arranca el Paseo de los Ingleses. Cannes no tiene ninguna gracia, salvo ir a Le Croissette para comprobar en primera persona el lugar donde se hace el festival. Sanit Tropez tampoco es nada del otro mundo ni sus playas tienen ni punto de comparación con las de Cádiz, pero fue el lugar elegido por la alta sociedad para veranear. Montecarlo es feísimo, hasta el Casino (que sostiene a los Grimaldi) , aunque bien es verdad que a mí no me llama la atención los juegos de azar. El Estadio Luis II es pequeño y bonito, por si fuera poco el Atleti le ganó al Chelsea la final de la Supercopa de Europa aquel año. Llegamos frente al Casino tras un largo paseo por Montecarlo cuando de una furgoneta negra de cristales tintados fletada por el Atleti se bajó el empresario Arturo Fernández (luego imputado en la Púnica) acompañado de una dama vestida con un ajustado mono que imitaba la piel de leopardo. Los aficionados allí congregados empezaron a cantar "¡Eres un facha, Arturo eres un facha!" cuando él se pensaba que iba a ser aplaudido. La Provenza en general es una preciosidad, con sus pequeños pueblos y sus campos de lavanda, como sale en las postales.

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