Queipo. Por Fernando Santiago

QUEIPO

No entiendo mucho el afán de tanta gente porque se lleven los restos de Queipo de Llano de la capilla de la Macarena. De manera especial me resulta incomprensible que defiendan tal postura los que no son hermanos ni devotos de esa imagen, los que no van a ver la procesión . Es un caso sorprendente . Creo que la cofradía tuvo que haber sacado de su templo esos retos hace décadas, sin necesidad de leyes que impongan el traslado. Está fuera de toda duda que Gonzalo Queipo de Llano fue un asesino cruel, un felón que faltó a su juramento, un líder militar que mandó matar a muchos ciudadanos y violar a muchas mujeres. Es incomprensible que esté enterrado en un templo católico si es que de verdad esta religión defiende el amor al prójimo y la caridad. En todo caso es una aguda contradicción para la cofradía y para sus hermanos, incluso para los devotos con sentido común y para quienes van a ver el desfile procesional , allá cada uno con sus contradicciones, todos las tenemos, no hay que cebarse en las ajenas sin mirar antes las propias. No entiendo que se emperren en este asunto aquellos que son ateos, que no son devotos, a los que les da igual esta virgen, que no le chillan ¡guapa! ni nada por el estilo. A mí, sin ir más lejos, me resbala por completo, como si no procesiona nunca más. Me pasa igual con que haya una cofradía que se llame por el nombre de la que fue mujer de Queipo. Son asuntos que me resultan indiferente. No soy hermano de esa cofradía, no me interesa nada de su paso, su imagen, su procesión y su templo. Lo que hagan los socios de la hermandad ni fu ni fa. Si quieren dejar en su sitio a Queipo, que lo dejen . Si quieren ponerle el fajín de capitán general a la imagen, que se lo pongan, como si le tocan el Cara al Sol al paso, como dije no soy devoto, ni hermano ni creyente . No entiendo que aquellos que comparten conmigo esta situación estén emperrados en exhumar a Queipo, empezando por el ministro Félix Bolaños, el repelente niño Vicente del Gobierno, que en un tono arrogante y pendenciero pretende imponer a una entidad privada sus propios puntos de vista. Me parece muy bien la Ley de Memoria Democrática, que el Estado suprima títulos nobiliarios concedidos por el dictador, que se anulen los juicios políticos del franquismo, que se supriman del espacio y los edificios públicos toda mención a los que participaron en el golpe del 36, que el Estado ayude a la búsqueda y exhumación de los cuerpos de los asesinados en el 36 y años posteriores. En el camino se pueden cometer injusticias como eliminar el recuerdo a escritores por el hecho de que en algún momento fueron franquistas, es como tirar el niño con el agua sucia. Lo de Queipo de Llano que lo resuelva la hermandad como le parezca.

Fernando Santiago

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