Montero & Glez. por Montiel de Arnáiz

23 de diciembre 2014 - 07:51

La primera vez que me hablaron de Roberto no sabía que era Roberto. Lolo Picardo, célebre personaje de “Pistola y cuchillo” y uno de los titulares que poneAncellottien laisleñaVenta de Vargas cada domingo, me dijo que el estilo de mis artículos le recordaba a los de Montero Glez.“¿Montero qué?”,contesté (les ruego me disculpen: la juventud es divino tesoro pero tiene estas cosas. Yo desconocía que Montero era uno de los principales novelistas vivos de las últimas décadas. Ignoraba que Glez vivía aquí cerquita,enSanctiPetri;que su móvil lo compró a un gitano por cien pesetas hace lustros, que Montero habíatrabajado de aparcacoches o lo que saliera.Glez no existía para mí:No podía sabersi adoraba a Camarón de la Isla,la tauromaquia, el fútbololas mujeres.Ofumar tabacopicado).

Huyóla anécdota y llegó el hombre, a través deTwitter. La irreverencia constante e inteligente (no siempreenese orden), la lucha de clases en 140 caracteres, laveraniegaconversación telefónica ysusimpatía naturalísima.Roberto era un tipo amable y socarrón, un eremita dela arena chiclanera que confundíael amanecer, alguien que se alzaen el almuerzocual vampirotras laeternasiesta del cochino. Quedamos para un almuerzo(aún sin fecha)y me propusela investigaciónde su obra camaronera, que bien ilustróGarcía-Alix,localizadaen Algeciras. Tras ella, llegaron“Sed de Champán”,“LaPólvora negra”y“El gol máslindo del mundo”.Otras siguen, tiempo después, en busca y captura extrajudicial;le sigo la pista a“Mantecacolorá”, queno la encuentro ni en elblackmarket,y quees la másmejón, según Daniel Heredia, autor de la que posiblemente sea laprincipalentrevista realizada a Roberto, allá por los idus de marzo del trece.

Conocíprecisamente por Heredia-periodista, escritor yelmás certero crítico literario que tenemos en toda la provincia de Cádiz- queMonterohabía ganado el VIII Premio Logroñode Novela. Y curiosamente, Glez también.La obra se llama “Talco y bronce” y florecerá en nuestras librerías cuando nos roben el mes de abril.La dualidad de dos personajes enlazados y anclados por la literatura es una realidad palpable en Roberto, al que definen comouna mezclaentreunBukowskicheliy un Valle-Inclánquinqui. Se han quedado cortos en la categorización de sus fuentes literarias.Ese “hijo de puta” (Pérez-Reverte dixit, desconociendo si se refería a Montero o a Glez)querecogiósupremio embozado enelabrigo de Corto Maltés es unmago iconoclastade la metáfora.Uncráneo privilegiadoque convive consigo mismo,a diario,sin morir en el intento.Y yo que me alegro

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