La Colonial. Por Julio Malo para Con la Venia
LA COLONIAL. BAR DE COPAS EN LA ALAMEDA DE CÁDIZ. Un trabajo mío de 1988 que aún funciona. Casi tal cual lo terminé hace ya 26 años. Un día llegaron Marie France y Marcelino a mi estudio de la Alameda, en el Piano Nobile de una de las casas más bellas de Cádiz, la de Pérez Llorca. Ellos habían comprado un antiguo garaje allí cerca, y querían un bar de copas. Acepté el encargo no sin advertir que como las buenas putas yo resultaba caro y lento. Lo asumieron y fueron unos clientes geniales, el resultado aún puede verse aunque ya ha pasado un cuarto de siglo. Empleamos los anaqueles de un antiguo almacén desmontado en la calle Sagasta (antes del Fideo), una versión popular del modernismo típica de esos establecimientos en el cambio de centuria. Ellos querían pintarla y yo les convencí para decapar las viejas capas de pintura mediante sosa cáustica, y así todo: la solería hidráulica que fabricaron unos artesanos de Morón, las sillas construidas como réplica de las que antaño se empleaban en la feria de Sevilla, el mostrador de chapa calada con barra de acero inoxidable para contrastar tanta pieza antigua, los baños con azulejos a junta partida. Un diálogo fluido entre arquitecto y cliente siempre da lugar a un resultado razonable como pasó en esa misma época con la Casa Santos, un edificio el Paseo Marítimo que parece como recién terminado, por su estado de conservación y por el propio lenguaje, un buen rasero para valorar la arquitectura. La Colonial fue en su época el bar de copas más cool de la ciudad, con su estupenda terracita con las sillas de mimbre también cuidadosamente escogidas. Se publicó en todo tipo de medios, incluso en El País de los domingos que por entonces marcaba tendencia en cuanto a lugares con encanto. Aún es referencia obligada en guías de viaje. Y con razón, es un lugar estupendo, más allá de mi diseño del cual me siento orgulloso aunque ahora se haría algo mucho más minimalista.
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