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Laurel y rosas

Tributo al patrón, San Juan Bautista

San Juan, san Juan. El patrón de Chiclana es san Juan Bautista. No san Antonio. No sé ya –porque he perdido la cuenta– las veces que lo habré tenido que corregir, incluso a chiclaneros. San Juan, sí, desde tiempo tan inmemorial que no sabemos muy bien cuando. En 1510 es la fecha en la que el Marqués de Santa Cruz de Iguanzo sitúa la construcción de la primera iglesia parroquial en la Villa: y ya contenía la advocación a San Juan Bautista. El investigador Jesús D. Romero Montalbán, actual cronista de la Iglesia Mayor, retrotrae la existencia de la primitiva iglesia de San Juan Bautista a 1535, que es la fecha en la que comienzan los Libros Sacramentales de Bautismo que él tan bien conoce. “Sobre la titularidad de la Iglesia y su dedicación a San Juan Bautista –afirma Romero Montalbán–, carecemos de datos sobre ella, aunque intuimos que pudo deberse a la devoción de los duques de Medina Sidonia a dicho santo o también por sus contactos familiares con la orden de Malta”. Orden que también se conocía como la orden de San Juan, dado que su nombre real no era otro que el de Soberana Orden Militar y Hospitalaria de San Juan de Jerusalén, de Rodas y de Malta.

El propio Romero Montalbán ha rescatado del archivo de la Iglesia Mayor una valiosa copia del acta capitular del Cabildo Municipal del 22 de junio de 1764 –que él mismo ha transcrito en el último número de Ecce Agnus Dei, el boletín informativo de la Hermandad Sacramental de San Juan Bautista– en el que se informa que se ha situado en el pórtico de la antigua iglesia una imagen de mármol de San Juan Bautista. Y lo más importante, el Cabildo acuerda convocar “a la Villa a la festividad de acción de gracias que el Venerable Clero de la Parroquia de esta Villa acordó hacer en el próximo día del Sr. San Juan tributándoselas como Patrono”. Lo es, y lo ha sido durante siglos. Porque ya se sabe que la bula papal fechada el 12 de julio de 1916 por la que Benedicto XV acordó nombrar a san Juan Bautista, al igual que lo hace con la Virgen de los Remedios, “con todos los derechos y privilegios litúrgicos como Santos Patronos del lugar”, decía al justificar la elección de san Juan Bautista: “Considerado durante muchos siglos como Patrón y Protector del pueblo por unanimidad”. Este nombramiento canónico de san Juan Bautista como patrón no era más que aceptar desde la Iglesia lo que ya los chiclaneros y su Cabildo, las chiclaneras y su Ayuntamiento, habían proclamado desde décadas atrás.

Nunca tuvo san Juan Bautista –al menos que se sepa– una hermandad que lo sostuviese. Ya sí. Desde hace apenas dos años, desde 2017, aunque primero como asociación y luego como agrupación parroquial sus hermanos vienen desde 2011 trabajando por que crezca la visibilidad de san Juan Bautista patrón. “Hasta hace diez años, san Juan estaba completamente olvidado –dice Salvador Guerrero, su hermano mayor–, frente a la tradición de San Antonio y la Feria, que se asociaba erróneamente con el patronazgo. Es muy complicado revertir esto en pocos años, pero en 2011 logramos sacar la talla en procesión, lo cual no se hacía desde hace muchísimo tiempo. Aunque creemos que esta tarea es imposible hacerla sin el apoyo de las instituciones locales y de la sociedad chiclanera”. La Hermandad Sacramental de San Juan Bautista es joven, seria, ilusionada. “Trabajamos con mucha dedicación durante todo el año –dice su hermano mayor–. Y lo que hacemos no es para nosotros, es para que el pueblo lo disfrute y lo acompañe, y por supuesto para que vaya creciendo la devoción a san Juan y su reconocimiento como santo patrón de Chiclana”. Ese es el reto. Reconectar, si se puede decir así, el patronazgo de san Juan Bautista con su pasado. Y no deben afrontarlo solos.

La Hermandad Sacramental estrenará mañana, durante la salida procesional de la talla procedente del convento de Santo Domingo de Cádiz y donada a finales del siglo XIX por el obispo Vicente Calvo y Valero a la Iglesia Mayor de San Juan Bautista, un paso de madera obra del maestro tallista Pedro Benítez, aunque desfilará aún con el “canasto en bruto”, es decir, todavía inacabado. Creo que esta circunstancia está cargada de simbolismo. De todo lo que queda por hacer, de todo lo que queda por difundir, de todo lo que queda por escribir para que san Juan Bautista, patrón y custodio de Chiclana, vaya recuperando el esplendor y gane aún más en reconocimiento popular. La festividad coincide –y se solapa– este año con el Corpus y la salida procesional de esta tarde de la Sagrada Custodia. Ya con la recogida y a medianoche, arderán cada vez menos juanes y juanas, mientras que nos mojaremos los pies en la orilla de la playa con el oleaje y veremos más hogueras que el año pasado. Ritos de renovación bajo el manto de san Juan, al igual que el Bautista anunciaba al que estaba por venir. Ritos de celebración, al igual que Zacarías mando quemar una pira para celebrar el nacimiento de su hijo. Ritos del solsticio de verano enraizados en la fe, en la tradición y la cultura. La nuestra.

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