Urbanismo en Chiclana

Una familia y vecinos se atrincheran en una vivienda de Chiclana para evitar su derribo

  • Una orden judicial pesa sobre la casa situada en la zona del extrarradio para que hoy mismo sea demolida

Vista de la entrada del inmueble situado en el Camino de Gamuza.

Vista de la entrada del inmueble situado en el Camino de Gamuza. / Sonia Ramos (Chiclana)

"No hay que tener corazón para tirar una casa en plena pandemia", lamentaba un familiar del matrimonio y dos hijos que deben abandonar un chalet tras recibir una orden del Juzgado en la que se comunica el inminente derribo de la vivienda situada en la zona del extrarradio de Chiclana.

Los alrededores de la casa está siendo custodiado por la Guardia Civil y la Policía Local para evitar el paso al Camino de la Gamuza, cerca del Sotillo, donde se halla el domicilio afectado y en el que el matrimonio con vecinos y otros familiares se concentraron a la espera de la decisión del juzgado ante la petición de auxilio enviada esta misma mañana para que se paralice la demolición. La zona también cuenta con un buen número de personas a la expectativa de los acontecimientos.

La resolución judicial por construcción ilegal fue comunicada hará unos diez días y en estas últimas 48 horas se ha llevado a cabo tareas de desalojo de enseres y muebles de la vivienda entre familiares y vecinos de la zona, donde también hay numerosos inmueblers en las mismas condiciones urbanísticas.

El matrimonio Marín Domínguez habita el chalet en una parcela de unos 1.900 metros cuadrados desde hace diez años. Juan José Marín, de profesión albañil, construyó la casa en la que viven desde entonces con su mujer Antonia Domínguez y sus dos hijos de 16 y 23 años. Un familiar relata que desde entonces vienen pagando sanciones por construcción ilegal, soportando la amenaza de derribo, "pese a que paga el IBI urbano y otras tasas como la basura", afirma. Además, acusó y censuró la política urbanística del Ayuntamiento que hasta el momento no ha ofrecido una solución.

Desde primeras horas de esta misma mañana se han congregado en la parcela una veintena de personas entre familiares y vecinos para tratar de evitar que se ejecute el derribo que tiene un coste de unos 13.000 euros y que deberá abonar los propietarios de la casa. Mientras tanto, en los alrededores hay una pala mecánica a la espera de poder realizar las labores de demolición.

Las redes sociales han contribuido a que muchos vecinos hayan acudido al lugar, ya que por facebook se hizo un llamamiento en apoyo de la familia para que la casa permanezca en pie.

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