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Chiclana

Por fin, Chiclana pudo disfrutar de su Semana Santa

El Perdón, en su salida de la Iglesia de San Juan Bautista.

El Perdón, en su salida de la Iglesia de San Juan Bautista.

Durante toda la mañana y parte de la tarde del Lunes Santo, los cofrades y devotos chiclaneros no apartaban la mirada de un cielo encapotado ni dejaban de consultar sus teléfonos móviles, intentando averiguar qué tiempo iba a hacer durante el desfile procesional de las dos hermandades que les correspondían esta jornada realizar su Estación de Penitencia:  la Cofradía del Santísimo Cristo del Perdón, María Santísima de la Misericordia y Nuestra Señora del Pilar y la Venerable y Agustiniana Hermandad Sacramental y la Cofradía de Penitencia de Nuestro Padre Jesús de la Humildad y Paciencia, María Santísima de las Lágrimas y Esperanza y San Pedro González Telmo.

Era uno de los principales temas de conversación en las sedes canónicas entre los numerosos fieles que se acercaron antes de las salidas procesionales para visitar a sus titulares, recordando también lo sucedido el pasado Domingo de Ramos, cuando tanto La Borriquita como el Huerto tuvieron que suspender sus desfiles.

El público en la Plaza Mayor, esperando la salida del Cristo. El público en la Plaza Mayor, esperando la salida del Cristo.

El público en la Plaza Mayor, esperando la salida del Cristo. / Manuel Aragón Pina

En principio, todo apuntaba, según la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet), a que el Lunes Santo chiclanero podría salvarse de las inclemencias meteorológicas, a pesar de que por la mañana se abrieron algunos paraguas ante una leve lluvia que caía. A medida que avanzaba el día, las perspectivas eran más optimistas. Aunque en las dos cofradías reinaba la prudencia, parecía que el tiempo daba una tregua justo durante el transcurso de los desfiles procesionales. Sin embargo, un chaparrón minutos antes de la cinco y media de la tarde provocó que las juntas directivas de ambas decidieran aplazar sus salidas y acortar el recorrido.

Y llegó las seis y veinte de la tarde y, por fin, Chiclana pudo ver sus procesiones en la calle. Tras un primer intento, la Cruz de Guía de la Hermandad del Perdón hacia su aparición solemnemente de la Iglesia de San Juan Bautista. Le esperaba un público que irrumpió en un sonoro aplauso en cuanto divisó al paso.

Ante unos emocionados chiclaneros, el crucificado, obra del escultor e imaginero de Morón Manuel Martín Nieto, avanzó grandioso por la Plaza Mayor. La Banda de Cornetas y Tambores Rosario y Victoria (Brenes) y unos 80 nazarenos lo acompañaban, además de llevar una escolta muy especial: representantes del Ejército de Tierra y la Guardia Civil, cuerpo este último con el cual la Hermandad quiso tener un recuerdo muy especial: un candelabro portaba un lazo negro, con su lema, en recuerdo a sus dos miembros asesinados por los narcotraficantes en Barbate.

Más tarde, encaró Padre Añeto, para completar su nuevo recorrido por un centro, que aparecía repleto de público, que desafiaba al frío.

Desde los balcones llamó poderosamente la atención el tablazón del paso, donde aparecía una calzada de piedra, que simulaba el Monte Calvario.  Tras esto, la comitiva llegó a la carrera oficial, donde los fieles en los palcos recibieron a su Cristo con gran devoción y enorme respeto.

Nuevamente, esta cofradía se ganó el cariño de todos los chiclaneros. En este sentido, cabe recordar que esta procesión pisó las calles del municipio por primera vez el pasado año, después de que la pandemia y la lluvia retrasaran hasta en dos ocasiones su presentación al pueblo de Chiclana.

Humildad y Paciencia

Humildad y Paciencia hizo su salida a las 18,35 ante numerosas personas que se aglutinaban en la puerta que da a la calle Nuestra Señora de los Remedios, donde se oyeron algunos llantos de gran emoción con los primeros sones de las marchas.

El Cristo de la Piedra, saliendo de su sede canónica. El Cristo de la Piedra, saliendo de su sede canónica.

El Cristo de la Piedra, saliendo de su sede canónica. / Manuel Aragón Pina

Muy alabado fue el gesto de esta hermandad, que invitó a una representación de La Borriquita a participar en el cortejo.

Más tarde, volvieron a vivirse momentos conmovedores entre todos los presentes cuando el palio de la muy querida Virgen de la Esperanza pisó la calle, una salida que coincidió con el paso del Perdón que avanzaba imponente por la calle Segismundo Moret, dando lugar a una de las estampas más bonita de la Semana Santa chiclanera.

Un monaguillo de Humildad y Paciencia. Un monaguillo de Humildad y Paciencia.

Un monaguillo de Humildad y Paciencia. / Manuel Aragón Pina

Pronto, ambos titulares de esta cofradía con sede en la Iglesia de San Telmo hicieron su recorrido por la carrera oficial, acompañadas magistralmente por la banda de trompetas y cornetas San Juan Evangelista, el Cristo, y la Banda de Música Municipal de Música Santísimo Cristo del Perdón de San José de la Rinconada, la Virgen.

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