La Audiencia Provincial de Cádiz ha dado la razón a un vecino de la urbanización Real de La Barrosa, Marcelino Vidal, quien había denunciado a la comunidad de propietarios por las molestias y el ruido que le provoca una pista deportiva que se encuentra prácticamente lindando con su vivienda.

Los problemas de este vecino con la pista deportiva vienen de lejos y, tras no llegar a un acuerdo con la comunidad, decidió denunciar los hechos en los juzgados de Chiclana, donde se desestimo su demanda. No obstante, recurrió a la Audiencia que ha fallado a su favor. En la resolución judicial se expone que la comunidad demandada "ha cometido una intromisión ilegítima en la intimidad del demandante por las inmisiones sonoras y acústicas provocadas por la pista multiusos de la urbanización".

Es por ello, que condena a la referida comunidad a "adecuar e insonorizar dicha pista multiusos evitando inmisiones sonoras y acústicas indebidas o a reponer dicha pista a su estado originario de pista de tenis".

Vidal asegura que en las instalaciones deportivas se practica el baloncesto y futbito, "con lo que los balonazos son continuos en los muros y el sonido retumba en toda mi casa", aseguró.

En este punto la sentencia relata que "es cierto que el destino de la pista ha variado y que otros deportes, por concurrir más personas, llevan consigo mayor ruido, lo que el señor Marcelino Vidal Díaz no pudo prever al adquirir su vivienda".

Pero, además, la Audiencia Provincial de Cádiz obliga al pago de una indemnización "por los daños morales derivados en la cantidad de 4.000 euros". Sin embargo, esta cantidad puede quedar corta en comparación con el gasto que supondría insonorizar la pista deportiva.

Según Marcelino Vidal, la comunidad de propietarios de la urbanización Real de La Barrosa, situada cerca de Los Gallos, ha recurrido el dictamen judicial al Tribunal Supremo. Además, la sentencia de la Audiencia fue emitida hace un año y es ahora cuando el referido vecino ha querido hacerla pública al no cesar la actividad en la pista deportiva, pese al dictamen del tribunal provincial.

La Audiencia basa su sentencia en otros fallos judiciales del Tribunal Constitucional que han creado jurisprudencia. Así, explica que "una exposición prolongada a unos determinados niveles de ruido, que pueden objetivamente calificarse como evitables e insoportables, ha de merecer la protección dispensada al derecho fundamental a la intimidad personal y familiar, en el ámbito domiciliario, en la medida en que impidan o dificulten gravemente el libre desarrollo de la personalidad".

Con todo ello, antes de que Vidal denunciara los hechos en los juzgados, recurrió con anterioridad a la Policía Local, al Ayuntamiento de Chiclana, a la Delegación de Medio Ambiente, al Defensor del Pueblo, llegando incluso a conocimiento de la Consejería de Medio Ambiente de la Junta de Andalucía.

Es más, en marzo de 2010, este periódico publicó una noticia al respecto en la que Marcelino Vidal aseguraba que padecía un verdadero "suplicio" por culpa de la pista deportiva desde que en 1999 compró la vivienda en el Real de Los Gallos "con el fin de vivir tranquilo" con su mujer y sus dos hijos.

Desde entonces mantiene un controvertido conflicto que radica en los enfrentamientos con los vecinos a cuenta del uso de la pista deportiva y sobre todo con la comunidad de vecinos. "Quiero que quede claro que no me niego a que se juegue, pero al mismo tiempo pido que se respete mi derecho a la tranquilidad", apostilló, Marcelino Vidal.