Las letras de Residente sí importan
El artista puertorriqueño arrasó en su último concierto en España, con su gira 'Las letras ya no importan', en Concert Music Festival (Chiclana)
Búscate en las imágenes del concierto de Residente en Concert Music Festival de Chiclana
En un mundo sin fronteras todos seríamos residentes de cualquier espacio. Sin permiso de residencia ni visado, la música es la única capaz de viajar por diferentes partes del mundo, encontrando y contando historias que merecen ser contadas. Y, en la música, la de Residente se cuenta sola.
En su ADN lleva las injusticias sociales, políticas y económicas de un mundo que no deja de cometer atrocidades. A través de sus letras, ritmos y sonidos, el puertorriqueño René Pérez, cofundador y ex vocalista de Calle 13, es reconocido por su contenido social y político; y, su música, por combinar la música del mundo con el rap alternativo.
Residente no se calla frente a las injusticias y, su público en Concert Music Festival menos. Puños en alto y entrega máxima en una noche gloriosa, este pasado jueves, 31 de julio, en el poblado de Sancti Petri (Chiclana) donde, a través de la música, se promovería la paz. Comenzó el show con los emotivos rasgueos de un violonchelo de una artista de Palestina, antes de vibrar con El Baile de los pobres, canción de Calle 13 con la que se reflexiona sobre la diferencia de clases y, cómo la música y el baile son accesibles a todos.
Volviendo a ser Residente en Calle 13 continuó con No hay nadie como tú, Cumbia de los aburridos y Atrévete, te, te. Éxitos que hicieron rugir el recinto, provocando brincos, bailes y un despliegue de ritmos a modo de ritual. A Residente le seguía pareciendo poco y preguntó a su público: “¿Estamos vivos? ¿Con todas las energías?” Para demostrarlo se brincó por “la educación pública y gratuita en el mundo, que es un derecho”.
Con este momento se vivió una auténtica revolución musical “en nombre de todos los estudiantes y de la gente que se manifiesta sin miedo para lograr cambios”. Más saltos y abrazos entre el público para luchar contra la maldad, así “como hermanos”. Tras esta gran masa de abrazos llegó El Aguante, como símbolo de resistencia porque “aunque no queramos, aguantamos nuevas leyes, aguantamos hoy por hoy que todavía existan reyes, castigamos al humilde y aguantamos al cruel, aguantamos ser esclavos por nuestro propio color de piel”.
Transitando por la Calle 13 se detuvo en Muerte en Hawaii, La Vuelta al Mundo y Ojos color sol. Temas con los que demostró que su pasión es la escritura, aunque a veces le tome mucho tiempo por su TDAH. Residente se abrió en canal con “un tema complejo que no lo había tirado en vivo desde el año pasado, pero que me salvó la vida escribirlo”. Con René se desnudó para hablar de sus problemas personales, su infancia y homenajear a su madre, que le cantaba para ayudarlo a estudiar con sus exámenes.
No hay silencio para las injusticias
Tras expresar sus vulnerabilidades y dejar florecer sus sentimientos, no pudo callarse ante lo que está sucediendo en Palestina. El público alzó banderas al aire y el puertorriqueño se puso una camiseta donde podía leerse ‘Stop Genocide Gaza – Free Palestina’. “Hay un genocidio en marcha y está cabrón que haya gente que lo justifique”, por eso hizo hincapié en la importancia de “explicarles a nuestros hijos lo que está pasando”. Tampoco “hay que dejar de presionar porque, ¿cuánto vale la vida de un niño? Están matando familias en Gaza y no hay negociación frente a esto”. Por eso la camiseta de Free Palestina “es con todos los que sientan la lucha, que se sienta la presión”, apostilló antes de cantar Guerra.
Y de una parte del mundo viajó hacia otro continente. Con This is not America reivindicó que: “América es todo el continente, hay muchos países hermosos y nosotros tenemos la palabra. Todos somos americanos”. Un tema repleto de referencias a varios acontecimientos que han marcado la vida de los países de Latinoamérica, desde las jaulas en la frontera entre México y Estados Unidos, hasta la deforestación en la Amazonía brasileña. Con Latinoamérica inundaron de ritmos instrumentales y tropicales el recinto, resurgiendo con más fuerza para luchar por lo que les pertenecía.
La recta final llegó con Chulin Culin Chunfly, Ron en el piso, El Futuro es Nuestro y Vamo’a portarnos mal. Fin de fiesta donde se desató la locura entre letras de reivindicación y alegría a partes iguales. Una noche de denuncias sociales, toma de conciencia y un poco de autocrítica para poder hacer de este mapamundi, entre todos, un lugar mejor.
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