Las playas de Cádiz se caracterizan por sus extensos arenales, sus cristalinas aguas, dunas y grandes acantilados. A medida que paseamos por ellos podemos disfrutar de una absoluta belleza de la que difícilmente podremos olvidarnos. La cuestión es que, en determinados espacios naturales como los acantilados, sobresalen imponentes formaciones rocosas que llaman la atención de aquellos que pasean por la orilla por su singularidad y rareza. 

Formaciones muy peculiares que, a veces, cautivan al espectador y, en otras ocasiones, llaman su atención. Debido a la erosión de la piedra por el paso del tiempo, se ha propiciado la aparición de formas geológicas de todo tipo de formas y tamaños. Esto es algo que no sucede exclusivamente en las formaciones rocosas de los acantilados, también podemos encontrarlo en las piedras que encontramos en la orilla de la playa. Para algunos, el arte de contemplar piedras estimula su imaginación y supone el descubrimiento de un orden oculto en la naturaleza; la cual nunca deja de sorprendernos. 

Buscarle el parecido a algún objeto inanimado es algo completamente normal y sucede bastante a menudo. Puedes encontrar formas peculiares en cualquier lugar, pero en esta ocasión, paseando por una de las playas de uno de los municipios de Cádiz muchas personas se han sorprendido por una curiosa figura formada en los acantilados. 

La playa en cuestión es Sancti Petri, en Chiclana, popularmente conocida como la playa de Lavaculos por los chiclaneros y chiclaneras. Desde la primera pista de La Barrosa, cuando la marea está baja, puedes caminar por la orilla y disfrutar de un impresionante paisaje de formaciones rocosas entre sus aguas; creándose piscinas naturales donde poder darte un baño tranquilamente. Esta zona cuenta con acantilados y dunas, haciendo de este lugar un rincón único para refugiarse los días de levante. Durante el paseo a muchos les ha sorprendido una peculiar roca que sobresale de los acantilados de Sancti Petri, dando rienda suelta a la imaginación con esta imagen tan peculiar que ha provocado la risa de quienes paseaban por allí. Está claro que, a veces, la naturaleza puede jugar malas pasadas.  

Vistas de esta playa de Chiclana desde los acantilados