Los servicios jurídicos del Cádiz deberán poner especial ahínco en las próximas horas a la hora de presentar las pertinentes alegaciones por las tarjetas mostradas a dos de los tres jugadores del equipo amarillo que vieron cartulina en el encuentro disputado este domingo en Anoeta ante la Real Sociedad.

Para empezar, la expulsión de Marcos Mauro en el minuto 45, una amarilla inicialmente a criterio de Pizarro Gómez pero convertida en roja a instancias del VAR, la justifica el árbitro del siguiente modo: “Derribar a un adversario impidiendo con ello una ocasión manifiesta de gol”. Las imágenes pueden demostrar que Iza Carcelén acompaña la jugada cuando el argentino comete la falta sobre Oyarzabal. Así pues, no era el último futbolista visitante ni mucho menos.

En cuanto a la amarilla mostrada al debutante Sobrino en el minuto 89, el colegiado dice que la sacó por “derribar a un contrario en la disputa del balón de forma que estimé temeraria”. Las imágenes en este caso acreditan que el delantero ni siquiera toca al rival. Difícilmente lo derribó cuando ni siquiera lo tocó, ya que recuperó el balón limpiamente.

Por último, más difícil se antoja pelear la amarilla enseñada a Jairo en el minuto 37 por “sujetar a un adversario en la disputa del balón impidiendo con ello un ataque prometedor”. La interpretación del trencilla en este caso puede ser más que suficiente para dar por buena su decisión.