Cádiz-La Roda · la crónica

A un punto del objetivo (4-1)

  • El conjunto amarillo no encuentra rival en el débil cuadro manchego, recupera la cuarta plaza tras la derrota del Guadalajara y le basta con un empate en Cáceres para jugar la fase de ascenso

Un solo punto separa al Cádiz de la fase de ascenso a falta del último partido de Liga y lo mejor es que depende de sí mismo. Si empata o gana el próximo domingo en Cáceres, luchará por subir a Segunda División A a partir del día 18. La jornada, que presagiaba fuertes emociones, se tornó plácida tras la derrota matutina del Guadalajara en Melilla. Por la tarde, el Cádiz hizo su trabajo en casa con solvencia al pasar por encima de una La Roda que no se llevó una goleada de escándalo debido a la falta de acierto de los locales en la segunda parte.  

 

Si positivo es el retorno del cuadro gaditano al lugar que le corresponde, mayor valor adquiere el calor de la afición. Según la cifra oficial facilitada por el club, más de 12.600 seguidores arroparon al equipo en el Carranza, aunque la sensación es que fueron algunos miles más en una tarde de gloriosa autoestima para el universo cadista.

 

La jornada no podía empezar de mejor manera. El Guadalajara, que tenía la pelota en su tejado, perdía a mediodía en el campo del Melilla y al filo de las dos de la tarde el Cádiz volvía a depender de sí mismo antes de empezar el decisivo duelo ante La Roda cinco horas más tarde. Daba igual cómo quedara el Cartagena en Algeciras. Lo que contaba era derrotar al conjunto manchego y el Cádiz cumplió el objetivo con creces pese al susto inicial. Al final, la victoria postrera del cuadro murciano en el Nuevo Mirador coloca a los gaditanos en la cuarta plaza, por la que aún deberán batallar en Cáceres en el último capítulo liguero. Con un punto en Extremadura es suficiente para prolongar la temporada.

 

Calderón mantenía a Fran Pérez en el eje de la defensa tras su buen rendimiento en Cartagonova y apostaba de salida por Dioni como acompañante de Airam Cabrera en ataque, además del regreso a la titularidad de Mikel Martins en lugar del sancionado Garrido. El resto, los habituales incluido a Alonso en la portería.

 

Los locales apretaban desde el pitido inicial frente un adversario metido en su área encomendado a la contra o a los balones parados. Y precisamente en una acción de estrategia sorprendía el cuadro visitante con un gol a los cinco minutos. Del Moral sacaba una falta lateral y Pajarero, completamente solo dentro del área, cabeceaba a placer y batía a Alonso. La pasividad de la defensa cadista facilitaba el tanto del equipo visitante en un error de bulto que, de producirse en semanas venideras, puede costar caro contra un rival de mayor entidad.

 

El 0-1 parecía presagiar una complicada pelea del Cádiz ante un rival dispuesto a defender su ventaja con uñas y dientes. Nada más lejos de la realidad. Los anfitriones no desperdiciaban un solo instante en comerse el coco y se lanzaban a tumba abierta al área contraria. No había tiempo que peder y al minuto siguiente Juan Villar nivelaba el marcador con un remate a bocajarro con la bota izquierda delante de Bocanegra tras un centro de Dioni. 

 

La reacción era inmediata de un equipo con una ambición que no conoce límites y que no iba a parar hasta completar la remontada. En el minuto 12, Migue García culminaba una gran acción fabricada por Airam Cabrera, que había servido de tacón a Juan Villar para que éste pusiera el balón en bandeja al jiennense. En apenas siete minutos, el mejor local de Segunda B había dado la vuelta al marcador con una aplastante superioridad que iba a seguir dando frutos. 

 

Y es que el Cádiz quería dejar patente una vez más que el Carranza es un auténtico fortín. Y más cuando estaba en juego el pasaporte para la fase de ascenso. La tuneladora cadista no estaba por la labor de detener el motor y en el minuto 19 perforaba de nuevo la portería visitante. Otra vez  Juan Villar - una tarde espléndida la del onubense- aprovechaba un balón suelto dentro del área pequeña, tras una falta puesta en marcha por Jorge Luque, para rematar en boca de gol y encarrilar el encuentro ante un rival sin respuesta que se diluía como el azucarillo.

 

Veinte minutos iniciales de locura habían bastado para sentar las bases de la victoria de un equipo amarillo que, con una clara ventaja, levantaba el pie del acelerador y se tomaba un respiro. La Roda trataba de rebelarse contra su destino pero no daba más de sí. Sólo inquietaba a balón parado y poco más. El gol tempranero había sido un accidente.

 

La vida sonreía a los gaditanos, que sin hacer alardes disfrutaban de ocasiones para aumentar la distancia. Airam Cabrera avisaba con un cabezazo que rozaba el larguero (minuto 23) y amenazaba con mojar por séptima jornada consecutiva. Dicho y hecho. Cuatro minutos antes del intermedio, el canario transformaba un penalti cometido por Mateo sobre Juan Villar, que se había inventado una majestuosa internada por la banda derecha frenada dentro del área de manera ilegal por el defensor visitante, que era expulsado tras ver la que era la segunda cartulina amarilla.

 

El Cádiz había hecho la tarea con eficacia y se marchaba al descanso con el partido más que resuelto, con una amplia ventaja ante un rival en inferioridad numérica. El regreso a la zona de play-off era ya una realidad y el interés radicaba en saber si terminaba la jornada en tercera o cuarta posición.

 

El segundo acto sobró de principio a fin. A ninguno de los dos equipos les hubiera importado ahorrarse lo que se había convertido en un mero trámite. No resulta fácil recordar unos 45 minutos tan plácidos para los gaditanos, que se dejaban llevar por el tiempo, movían el balón con comodidad y pisaban el área contraria una y otra vez. Eso sí, la salsa del fútbol brillaba por su ausencia y no por falta de oportunidades. Con un poco más de tino, la goleada hubiera sido de escándalo. Pero la falta de acierto en el último pase, el empeño individual de algunos jugadores por marcar su golito, el punto de mira desviado en la definición y los palos evitaron un saco de tantos que hubiera prolongado el estado de éxtasis de una afición que vibró con su equipo.

 

Toda la eficacia demostrada en la primera parte desaparecía de un plumazo en la segunda. Dioni, maestro en el juego de espaldas y la movilidad en punta, prolongaba su divorcio con el gol de manera inexplicable, sobre todo el balón franco que disponía dentro del área que enviaba alto cuando lo más fácil era meterla entre los palos en la última oportunidad del partido. Antes de esa ocasión, contra  el poste se estrellaban dos disparos lejanos. El primero, un centro chut con intención de Jorge Luque desde la banda derecha (minuto 65). El segundo un zapatazo de Ceballos desde el borde del área (en el 74) con el mismo desenlace que el anterior.

 

En medio de tanto peligro en el área de La Roda, Calderón movía el banquillo. Jorge López relevaba a un renqueante Andrés Sánchez, Josete pasaba al lateral izquierdo y Mikel Martins bajaba al centro de la defensa hasta la entrada de Tena, sustituto de Jorge Luque. Kike Márquez, que había suplido a Airam Cabrera, también tenía el gol en sus botas pero pecaba de individualista.

Ficha del partido:

Cádiz CF: Ricky Alonso; Ceballos, Fran Pérez, Josete, Andrés Sánchez (Jorge López, 60’); Mikel Martins, Luque (Tena, 77’); Juan Villar, Dioni y Airam (Kike, 70’).

La Roda CF: Bocanegra; Albiol, Pajarero, Mateo, Ezequiel, Castellanos, Jordi Pablo (Espínola, 46’), Nico Baleani, Dopico (Viyuela, 56’), Del Moral y Manu Dimas (Jesús García, 70’).

Goles: 0-1; Pajarero (5’). 1-1; Juan Villar (6’). 2-1; Migue García (12’). 3-1; Juan Villar (19’). 4-1; Airam, de penalti (42’).

Árbitro: David Gálvez Rascón, del colegio madrileño. Mostró cartulina amarilla a Albiol, por la Roda CF. Expulsó por doble tarjeta amarilla a Mateo (18’ y 41’), de La Roda.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios