Cádiz CF | Entrevista a José Mari

"Soy el más pesado, hay José Mari para rato"

  • Uno de los capitanes del equipo regresa a Primera, categoría en la que ha jugado con el Zaragoza y el Levante

José Mari posa entre dos banderas del Cádiz en las instalaciones de El Rosal.

José Mari posa entre dos banderas del Cádiz en las instalaciones de El Rosal. / FITO CARRETO

José María Martín-Bejarano Serrano, José Mari (Rota, 6 de diciembre de 1987), es uno de los pesos pesados del vestuario del Cádiz CF desde hace cuatro temporadas. Uno de los jugadores que mantiene viva la presencia de gaditanos en la primera plantilla y que vive un gran sueño, posible para pocos, en el equipo de su tierra. Lleva grabado a fuego en su pecho el lema de Álvaro Cervera, porque no negocia la lucha ni el estilo que ha llevado al equipo a la Liga de las Estrellas. José Mari, en estado puro.

–Después de varios días y ya en frío, ¿cómo ha vivido el ascenso?

–Lo sigo viviendo como el día en el que lo logramos, como un sueño hecho realidad, como el premio a cuatro años de un trabajo increíble, de mucho sufrimiento e ilusión. Es el premio que merecemos y el mío más deseado: subir en casa con mi club. Como dije la noche del ascenso, soy el tío más feliz del mundo y eso no lo va a poder borrar nadie.

–Si le digo que da la sensación que ha sido fácil conseguirlo a falta de dos jornadas...

–(Risas...) Para nada. Se han hecho la cosas bien, se ha competido a tope en circunstancias muy complicadas, sobre todo después del confinamiento. La verdad es que ha sido un desgaste terrible tanto físico como emocional. A todos los equipos les ha costado mucho jugar sin público, especialmente en casa. Eso no se había vivido nunca. Pero digo desde el convencimiento que nos hemos hecho merecedores de este ascenso a falta de dos jornadas para el final de Liga. Todo eso habla muy bien de este equipo.

–¿Eran conscientes de la dificultad de jugar sin público a la vuelta del confinamiento?

–A nosotros, el parón nos afectó porque somos un equipo que derrocha mucho trabajo en el campo y, además, hemos sido uno de los equipos con menos descanso entre los partidos. A pesar de todo esto, lo que más hemos echado en falta es nuestra afición. Teníamos un plus muy potente dentro del estadio al disponer de nuestra gente, de su calor. Imagínese lo que ha sido el Carranza en las últimas jornadas jugándonos el ascenso. Hemos intentado ser los más regulares posibles tanto fuera como dentro y en el cómputo general hemos sido uno de los dos mejores este año. Todo eso es digno de alabar.

–¿En qué momento de la temporada se da cuenta que el ascenso puede ser una realidad?

–En las primeras jornadas dije: 'Este año es distinto'. Y mire que llegaban los injustos comentarios de todos los años relativos a que este equipo al final de Liga se deja ir o que este equipo no quiere ascender. Nosotros hemos seguido trabajando, fieles a nuestra idea. Y, por fin, este año ha podido ser. Empezar como empezamos dio señales de que la cosa este año iba a ser distinta.

–Antes de recibir al Fuenlabrada se frotaban las manos. ¿Cuánto dolió aquella derrota?

–Sí que dolió mucho. Nosotros este año hemos comprobado como cualquier derrota nos dolía como si fuera la peor de nuestra carrera. Hemos tenido un grupo de jugadores súper comprometido con la institución y con el sentimiento cadista. Las caras en el vestuario después de perder con el Fuenlabrada dieron paso a un rato que fue horrible. Sabíamos que debíamos volver a levantarnos porque al día siguiente había otra oportunidad si no ganaba el Zaragoza (ante el Oviedo). Quedamos para cenar juntos, pero no por esperar un posible ascenso, sino para hacer de nuevo piña con idea de levantarnos de una derrota que había sido dura.

–Una vez logrado el ascenso, ¿qué pueden decir de los rivales que piensan que el Cádiz lleva cuatro años jugando igual de feo?

–Si fuera jugador de los otros equipos diría: 'Hay que ver el Cádiz que, sabiendo sus virtudes y sus defectos, ha peleado, ha hecho una cantidad increíble e impensable de kilómetros cada partido y, con sus armas, ha ascendido a Primera División'. Lo más bonito en el fútbol es respetar el juego que haga el contrario y dar valor a lo conseguido. Hemos sido de Primera antes que nadie.

–Entiendo que le preocupa más bien poco.

–Yo, en el Cádiz, jugando así me he convertido en un futbolista que gana más que pierde. Disfruto sufriendo, pero disfruto regresando a casa la mayoría de veces con una victoria. Me siento muy orgulloso de lo que hacemos y como lo hacemos. Al fútbol se juega para ganar, no sólo para divertirse. Yo me divierto ganando y me llena de orgullo volver a casa y mirar a la familia a la cara con la felicidad que da una victoria.

–¿Qué ve en el horizonte llamado Primera División?

–Tengo mucha ilusión por ver un Cádiz que sea valiente y que no se achante contra ningún equipo. Lo que queremos es que dentro de un año, cuando acabe la temporada, podamos decir que el Cádiz sigue siendo equipo de Primera División. Se va a poner todo el trabajo del mundo desde el presidente a los jugadores que estemos en el proyecto.

–Para un gaditano de Rota, volver a Primera debe ser un regalo...

–Después de once años he tenido muchos momentos muy difíciles y no he tenido casi ninguna alegría más allá de jugar en Primera y todo lo que conlleva eso. No he tenido tanta fortuna. Lo más bonito de mi carrera podía ser jugar con el Cádiz y ascenderlo a Primera. Tengo fotos de pequeño con la camiseta del Cádiz. Y yo ahora puedo decir que he subido a Primera con el Cádiz, jugando y siendo protagonista. Es algo muy bonito y que no se me va a olvidar en la vida.

–¿Cuál es el secreto del Cádiz, un modesto que ha tocado el cielo?

–Lo primero es creer en una forma de jugar y en una idea común. Tener un vestuario sano y comprometido que ha solventado cualquier problema en los momentos difíciles, que también los hemos tenido. Detrás de todo esto hay mucho trabajo y sacrificio, y en los momentos malos mucha unión. Cuando llegaron, los arreglamos como la buena familia que hemos sido.

–Dedicar un ascenso le habrá dado para mucho, ¿no?

–Mi familia en general... Mis padres, mi mujer, mi hija, mis hermanos, mi representante que siempre ha estado cerca en los momentos malos. Al pueblo de Rota, que me apoyó desde el primer momento cuando empecé esta etapa en el Cádiz. Este ascenso va por todos ellos.

–¿En qué papel se ve José Mari en el proyecto de la próxima temporada?

–Un protagonismo importante porque soy ambicioso. No voy a dejar de trabajar y con el nivel que doy hasta el momento, lo mantendré sabiendo mi rol dentro del equipo. Un rol importante sea cual sea el protagonismo que tenga. Lo fundamental es que hay que sumar y yo como hombre de club y como uno de los capitanes debo apretar más que nadie.

–Hemos repasado muchos momentos buenos de amarillo, pero hubo uno especialmente malo, su grave lesión en Zaragoza...

–Es verdad que fue de lo peor que me tocó pasar por el tiempo que estuve parado sin poder ayudar a los compañeros. Pero debo decir que por la ilusión que tenía, peor que aquello fue el partido contra el Tenerife, en el play-off. No merecimos caer eliminados porque fuimos superiores en los dos partidos. Sin embargo, el cambio de norma -en caso de empate en la eliminatoria, gana el equipo que quedó mejor clasificado en la fase regular de la Liga- hizo que nos quedáramos fuera de la pelea por subir. Era el primer año en Segunda A y teníamos un equipo muy humilde que se metió en la fase de ascenso.

–Noto que, varios años después, ese dolor persiste.

–Pues sí. Lo tuvimos muy cerca y fue una lástima. No olvidaré que aquella noche nos convertimos en la queridísima 'banda' de todo Cádiz. Y cuatro años después esa misma 'banda' está en Primera División. Es la mejor manera de pasar página a aquel episodio tan doloroso.

–¿Tiene correa para rato en una exigente Primera División?

–(Risas...) Soy el más pesado del mundo. Por trabajo y sacrificio no va a quedar. Yo estoy tranquilo porque sé que con mi trabajo puedo ayudar mucho al club y al equipo. Bueno..., pues creo que ahí me tendréis porque hay José Mari para rato. De eso, estoy seguro.

–Se acabó la temporada sin afición y todo apunta a un comienzo bajo las mismas condiciones. ¿Qué opinión le merece?

–No podemos engañarnos y hay que admitir que hay clubes que tener a la afición en su campo les da un plus en todos los sentidos, incluso en el ámbito económico, pero esto forma parte de las circunstancias que nos han tocado vivir. Sabemos que la gente está de nuestro lado aunque luego no pueda acudir al campo. Qué duda cabe que deseamos que esto de la pandemia se vaya solucionando por el fútbol y por otras muchas cuestiones.

–¿Tanto empuja el cadismo?

–Teniendo a nuestra afición en las gradas, somos mucho más fuertes. Esperemos poder disfrutar el camino por Primera División con nuestra gente en Carranza.

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