Cádiz CF

Un paso más cada semana

  • La creciente solidificación del equipo le convierte en un rival cada vez más incómodo

Jairo conduce el balón mientras Brian se dispone a hacer el desboble en el duelo ante el Reus.

Jairo conduce el balón mientras Brian se dispone a hacer el desboble en el duelo ante el Reus. / Julio González

Cuando un equipo abraza la victoria con tanta facilidad, en muchos casos suele flotar la duda de si lo hace gracias a la superioridad mostrada sobre el terreno de juego o favorecido por las escasas prestaciones ofrecidas por el adversario, o ambas situaciones a la vez, como fue el caso del triunfo del Cádiz sobre el Reus en uno de los partidos más cómodos que se recuerdan desde el último aterrizaje de la entidad con enclave en el estadio Carranza en Segunda División A. La fusión de la voracidad de los locales y la inapetencia de los visitantes derivó en la clave de una sobremesa sin sobresaltos. Será difícil disfrutar de otro partido tan plácido en las próximas citas.

En un torneo que lleva adherido el sello de la igualdad como es LaLiga 1|2|3, no es habitual que un conjunto  sume los tres puntos ante otro que apenas ponga tan poca resistencia. No es que el Cádiz arrollase con un marcador abultado. Tampoco es que le regalasen nada. No traspasó la frontera del 2-0, un resultado corriente que se puede dar sin más en cualquier encuentro. Lo realmente llamativo fue el absoluto control desde el pitido inicial hasta el final. Gobernó con mano de hierro. El único disparo a puerta del cuadro catalán fue el gol anulado rebasado ya el minuto 90. Un dato revelador de la clara diferencia entre los dos contendientes.

Y es que los amarillos no hicieron una sola concesión en el partido más completo desde el comienzo de la temporada. En las citas anteriores había mezclado momentos de solidez con etapas de volatilidad –a veces demasiado largas-, con vaivenes que abrían la posibilidad de cualquier desenlace. De hecho, sufrió la conocida larga condena de nueve envites consecutivos sin vencer que tanta preocupación levantó. Todo ha cambiado en pocas semanas pero puede volver a variar. El desafío es continuar así por la senda trazada.

De los micropartidos en forma de montaña rusa disputados en cada encuentro se pasó a un duelo monocolor, el de la 13ª jornada, con el Cádiz más rocoso que se recuerda, dispuesto a seguir avanzando para dejar atrás una incertidumbre que empieza a ubicarse en el lejano horizonte del pasado. El equipo va a más y se empeña ponerlo de manifiesto con hechos. En términos globales, se vio un Cádiz más entero y equilibrado ante el Reus que frente al Elche. Una señal de que cada semana da un paso más en su evolución.

Si ante el Elche se desmelenó el Cádiz con una exhibición de juego y goles concretada en el segundo periodo, frente al Reus desarrolló una colosal demostración de robustez sin límite de tiempo. Un prueba más del crecimiento aparejado al transcurso del campeonato. En Lugo supo reaccionar a lo grande.

El dominio fue total, una inyección de regularidad que el equipo pretende trasladar a los futuros compromisos. No es extraño que el entrenador, Álvaro Cervera, manifestase poco después de la victoria que empieza a verse el Cádiz que más le agrada, el que los años precedentes batalló por el dar salto a Primera. Da igual si se hace o no con el balón mientras tenga al rival atado de pies y manos.

Los jugadores se emplearon como le gusta al técnico. Con disciplina táctica, con la estructura defensiva organizada desde la delantera hacia atrás y la implicación colectiva en la ardua misión de desactivación de contrario. Manu Vallejo y Dejan Lekic acapararon los focos por sus oportunos goles, pero más allá de su acierto de cara a puerta corrieron como posesos para dificultar la salida de balón del adversario.

Los jugadores de banda fueron puñales con su velocidad pero no se olvidaron de correr hacia su defensa para tapar la subida de los laterales. Garrido y José Mari no dejan pasar a nadie en la medular y la zaga trabaja más protegida cuando el equipo se desenvuelve como un bloque irrompible.

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