EL ANÁLISIS

El motor defensivo del Cádiz CF arranca de nuevo

  • El equipo recupera fortaleza para minimizar el ataque del rival, lo que es clave para dejar la portería a cero

  • El Valladolid disparó a puerta menos que los amarillos, a los que sigue fallando la capacidad de hacer gol

Pacha Espino cierra el paso a Guardiola en presencia de Fali.

Pacha Espino cierra el paso a Guardiola en presencia de Fali. / JESÚS MARÍN

Un 0-0 jugando como local ante el Real Valladolid no es un buen resultado para un Cádiz CF que busca la permanencia ante este tipo de rivales, parejos en el objetivo. Pero ese empate sin goles tiene una lectura positiva después de tres derrotas consecutivas. Un cuarto varapalo seguido hubiera generado algo más que dudas y los nervios dentro y fuera del equipo hubieran estado a flor de piel. Se puede decir que, a pesar del único punto obtenido, el equipo amarillo ha sido capaz de crecer parando la sangría de malas sensaciones que habían dejado el Celta, el Getafe y el Betis.

A pesar de que la clasificación no presenta una situación angustiosa para el Cádiz CF -al menos hasta después de afrontar su encuentro de la 16ª jornada-, el hecho de acumular tres derrotas provocaba que la puerta de urgencia quedara abierta en busca de un remedio a los problemas del equipo. No perder con el Valladolid es un pequeño paso al frente más por lo reconquistado que por el avance. El motor defensivo del equipo ha vuelto a arrancar. Salvo el remate al palo nada más empezar, el Valladolid fue muriendo en una zona en la que no encontró la manera de hacer del Cádiz CF un equipo franqueable.

El éxito amarillo nace de una seriedad total a la hora de mantener el cerrojo echado; bien la pareja de centrales para tirar de madurez y temple ante las piezas más preocupantes del ataque pucelano. Cabe recordar que en la previa Álvaro Cervera anunció su temor al juego ofensivo de los delanteros blanquivioletas. Marcos Mauro y Juan Cala tuvieron la gran virtud de cumplir y equivocarse muy poco o prácticamente nada. Esa labor tuvo en las bandas a Pacha Espino -curiosamente el jugador del Cádiz que más cerca estuvo de marcar en el tramo final del duelo- y a un Iza Carcelén que, sin duda, fue el mejor de la zaga. Anticipación, velocidad y contundencia en el portuense como señas de identidad de que su mejor versión vuelve tras el lógico periodo de adaptación tras su lesión.

La fiabilidad de otras veces

Desde que Cervera es el responsable del proyecto del Cádiz CF como entrenador, el equipo parte de la premisa de que una buena defensa es el mejor ataque y que los goles en la portería contraria se buscan a partir de evitar que caigan en la propia. Fue la imagen que el entrenador trató de recuperar para su equipo en el choque contra el Valladolid. Lo logró a medias porque es cierto que regresó la fiabilidad defensiva como también lo es que ahora mismo el conjunto gaditano no hace un gol ni al arcoíris. Valga como dato para potenciar el trabajo defensivo que los pucelanos sólo realizaron un remate a portería y ese palo en el primer suspiro. Lo demás no fue un peligro para Conan Ledesma. Tres remates entre palos y cuatro fuera de estos acumularon los amarillos para dar forma a aquello de que la puntería lleva demasiado tiempo perdida en el vestuario.

Desde el minuto 63 del encuentro contra el Barcelona el 5 de diciembre, cuando Negredo anotó el segundo tanto al aprovechar un fallo de los azulgranas, el Cádiz CF no ha podido celebrar un tanto. Demasiado tiempo para un equipo que debe sacar petróleo de sus escasos ataques y uno de los motivos por los cuales desde aquel día no disfruta de una victoria.

El 'experimento Fali'

El análisis del Cádiz CF-Valladolid se detiene igualmente en la figura de Rafael Giménez Fali, el defensa central reconvertido a pivote debido a las circunstancias que entiende Cervera. Con José Mari a punto de volver tras un largo periodo lesionado y con Augusto Fernández aún con problemas físicos, el técnico no tenía claro que el estado de forma de Garrido invitara a una titularidad. Jonsson para todo y Fali como solución parece que de emergencia. El valenciano se pelea con su sombra en cuanto a entrega y dar todo, y es así como se ha ganado el experimento del técnico, atrevido a todas luces por el punto aún más defensivo del que dota su planteamiento. Pero Fali responde y ante el Valladolid cortó mucho y bien y se pegó el detalle de firmar el 'pase top' del encuentro al poner un balón magnífico en la cabeza de Negredo.

La maquinaria cadista vuelve a rugir en labores defensivas dando la sensación de que las piezas están engrasadas y bien situadas. Llegado a este punto falta que el ataque recobre sensaciones para montar las contras de siempre y recuperar la inspiración de los hombres gol, esos que antes de esta crisis realizadora eran capaces de hacer gol "con medio tiro", como bien apuntaba Fali al acabar el partido contra los pucelanos.

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