Crónica y resultado del Cádiz CF - Valladolid

Miedo a perder (0-0)

  • El equipo amarillo, bien en defensa y nulo en ataque, rompe la racha de derrotas aunque no se reencuentra con la victoria

Negredo controla el balón con el pecho.

Negredo controla el balón con el pecho. / Jesús Marín

El Cádiz CF quebró la mala racha de derrotas aunque no pudo pasar del empate sin goles frente al Real Valladolid en un partido feo entre dos equipos que jugaron más a no perder que a ganar. El equipo amarillo se defendió con su habitual consistencia aunque generó muy poco en ataque

El partido se ciñó a una contienda táctica para cerrar las dos porterías. La anulación fue mutua y el combate sólo podía ser nulo. El fútbol brilló por su ausencia y los amarillos volvieron a dejarse puntos en casa pese a que sumó uno para alcanzar los 19 a falta de tres jornadas para el final de la primera vuelta.

Después de acumular siete partidos consecutivos con la portería perforada, la buena noticia fue dejar el arco inmaculada en la última cita de 2020. La peor, cuatro encuentros seguidos sin marcar. Un dato preocupante.

Álvaro Cervera repitió con Fali en el centro del campo en la enésima demostración de su intención de buscar la victoria desde una fortaleza defensiva que estuvo a punto de saltar por los aires en el primer minuto cuando Weissman remató de cabeza al poste en una segunda jugada tras una acción a balón parado. Un sustoque se convirtió en un hecho aislado en el primer periodo.

Con un 4-4-2 muy definido, no le importó al cuadro local ceder la iniciativa a los pucelanos, aunque no por eso dejó de llegar con peligro al área contraria en arreones puntuales. Antes del cuarto de hora inicial ya había dispuesto de dos ocasiones muy claras para inaugurar el marcador. Negredo envió el balón por encima del larguero con la testa en una posición ideal tras un preciso servicio de Fali. Poco después apareció Lozano (su primera titularidad liguera tras superar el coronavirus) muy cerca de la portería con un flojo disparo que llevó el cuero a las manos de Masip.

El duelo tomó el camino de las imprecisiones por parte de ambos bandos. Escaso bagaje ofensivo y máxima preocupación por mantener la portería a cero. En el caso de los anfitriones, juego directo y balones aéreos en busca de los delanteros a la espera de la irrupción de Alberto Perea.

Jugaron a anularse dos contrincantes ocupados en la destrucción, aunque los amarillos volvieron a empujar pasada la media hora hasta propiciar una de esas jugadas consideradas claves en el devenir de un partido.

En el 31, justo antes de un nuevo testarazo fuera de Negredo, Lozano cayó dentro del área tras ser golpeado en una pierna por un adversario. Hubo contacto pero el colegiado no lo consideró suficiente como para señalar penalti. Ni siquiera fue a revisar al monitor ni parece que desde el VAR le invitasen a ello. ¿Qué tiene que pasar para que al Cádiz le piten un penalti a favor?

La igualdad fue la nota dominante en una primera mitad con poca continuidad en la que hubo más cartulinas (cinco) que oportunidades. Fútbol discreto por las dos partes, con poca voluntad de proponer. Las defensas se impusieron a los ataques pese a que Negredo ganó numerosas acciones y se movió con inteligencia.

El segundo acto amaneció con la presencia sobre el césped de Álex Fernández, sustituto de un desdibujado Iván Alejo, que además estaba amonestado.

La entrada del madrileño, ubicado en el costado derecho no alteró el dibujo ni el guión, con un camino empedrado para arribar a las áreas con verdadero peligro.

Había más ansia por evitar el gol que por marcarlo. El partido transitaba hacia el cerocerismo con un Cádiz que apenas olía el esférico más allá de algún pase largo.

No daba la sensación el equipo de casa de poder crear una ocasión digna de mención. Todo quedaba expensas de un error/acierto o una acción a balón parado.

Cervera metió aire fresco con Jairo y Álvaro Giménez con media hora por delante. Pero el atasco en ataque era una evidencia. Negredo disparó manso al regazo de Masip (minuto 65) y poco más. Algún centro, algún robo con salida rápida, pero sin consecuencias.

Nadie se atrevió a dar un paso adelante en la recta final. Nadie osó saltarse el guión y la sombra de la incertidumbre se agigante en los definitivos minutos de desenlace.

Fueron en esos instantes, cuando las fuerzas empezaron a flaquear, cuando se abrieron grietas y con ellas la posibilidad de romper el marcador. En el 80, El Yamiq impidió el remate de Álvaro Giménez delante de Masip. Casi sin respiro, Iza Carcelén evitó que el zapatazo de Toni Villa fuese en dirección a puerta.

Ledesma atrapó un nuevo disparo de Toni Villa (en el 87) en plena recta final, cuando los amarillos también aparecieron en las cercanías de Masip aunque sin llegar a golpear. Justo antes del pitido final, tuvo el gol Espino con un zurdazo desde fuera del área que se topó con un inspirado Masip, que repelió el cuero.

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