Sergio Sánchez se convirtió el pasado mes de septiembre en el último fichaje del mercado de verano y, al mismo tiempo, en la primera contratación de Óscar Arias, un refuerzo que, visto lo visto, concedió un importante crédito al nuevo director deportivo, que en enero sin duda ha respondido con creces a la confianza que el presidente, Manuel Vizcaíno, depositó en él al elegirlo para tomar el relevo de Juan Carlos Cordero.

De algún modo, el Cádiz de Óscar empezó con Sergio. Porque, más allá del error puntual cometido en la acción que dio lugar al empate (1-1) del Nástic en el choque disputado en Tarragona contra el Cádiz, lo cierto es que los números avalan la trayectoria del central catalán con la elástica amarilla. Los datos, de hecho, resultan incontestables.

Con el central catalán sobre el rectángulo de juego, los amarillos encajan 0,69 goles por partido; sin él, 1

Así, con el veterano defensa sobre el rectángulo de juego el equipo que dirige Álvaro Cervera ha encajado una media de 0,69 goles por partido. En 13 encuentros, 9 tantos. El registro, notable, cobra aún más importancia al compararlo con las 23 dianas que ha recibido el conjunto de la Tacita de Plata en los 27 compromisos ligueros disputados hasta la fecha, que arrojan una media de 0,85 goles por partido. Y refuerza lo determinante que parece ser la presencia del zaguero al contrastarlo con el de los goles recibidos sin que estuviera sobre el campo, 14 en 14 partidos, lo que obviamente supone una media de un gol por partido. De 0,69 con Sergio Sánchez a 1 sin Sergio Sánchez. 0,31 goles en contra de diferencia por partido que no dejan lugar a la duda.

Ya sea junto a Marcos Mauro, el compañero con el que más veces ha compartido demarcación, o al lado de Ivan Kecojevic, Sergio Sánchez exhibió desde el primer día sus cualidades, las virtudes que le convierten en un hombre clave en los esquemas de Álvaro Cervera, quien incluso no ha tenido reparos a la hora de significar la importancia del central, especialmente a la hora de adelantar a toda la línea de retaguardia.

Debutante como cadista en el choque con el Sporting de Gijón (0-0), asumió protagonismo, siempre como titular, en la gran racha que llevó al equipo de ocupar plaza en la zona de descenso a meterse en la pelea por el play-off de ascenso a Primera División. Siete victorias consecutivas contra Lugo (1-2), Elche (5-1), Reus (2-0), Córdoba (1-3), Las Palmas (4-1), Zaragoza (0-1) y Rayo Majadahonda (1-0), gol incluido en la goleada a los canarios.

La visita a La Rosaleda, ante su ex, acabó con la dinámica positiva de resultados (1-0) y para colmo con el defensa lesionado, una dolencia que le mantuvo apartado de las convocatorias durante casi un par de meses.

De regreso, otra vez como titular, en el Carlos Tartiere, la derrota frente al Oviedo (2-1) ha dado paso a una nueva racha victoriosa en Alcorcón (1-2), con el Tenerife (2-0) y el pasado sábado en Tarragona ante el Nástic (2-3).

En suma, 13 partidos, siempre en el once inicial, saldados con 10 victorias, un empate y sólo dos derrotas, con 26 goles a favor y 9 en contra. Registros de futbolista fundamental en el sistema y no sólo por lo que representan esos registros sino por intangibles como el peso específico que otorga su presencia sobre el césped, su capacidad de liderazgo y la asunción de responsabilidades.