Cádiz CF

El Cádiz CF, sin opciones ante un Real Madrid muy superior (0-2)

Sobrino y Lucas Vázquez pugnan por el balón.

Sobrino y Lucas Vázquez pugnan por el balón. / Lourdes de Vicente

El Cádiz CF resistió algo más de 70 minutos antes de rendirse a la lógica y perder en casa (0-2) frente a un Real Madrid muy superior que, al contrario que hace un año, esta vez sí se tomó el partido muy en serio.

El conjunto amarillo tuvo el mérito de aguantar hasta bien entrada la segunda parte. Hasta entonces se estaba librando de la derrota de milagro, pero dos goles tres minutos cerraron cualquier posibilidad de sorpresa.

El Cádiz CF peleó hasta la extenuación pero fue engullido por un adversario de un nivel muy alto, inalcanzable, que perdonó en exceso gracias en buena medida al soporte defensivo de los gaditanos a la gigantesca figura de David Gil, que lo paró casi todo.

La derrota no supone ningún trauma. El equipo modesto sigue muy vivo en la pelea por la permanencia que deberá ganarla en los siguientes encuentros que serán auténticas finales.

Sergio González apostó por el exitoso bloque ante el Betis con obligada novedad de Raúl Parra en lugar del lesionado Iza Carcelén. El clásico 4-4-2 con el que los locales trataron de hacer frente a un rival que, pese a las rotaciones, salió con un once poderoso liderado por Karim Benzema.

El guión no sorprendió a nadie. El favorito se hizo con los mandos desde el principio y empujó atrás a un Cádiz CF que intentó en vano una presión alta. Poco pudo hacer para no meterse alrededor de su área. Un disparo de Benzema y otro de Valverde antes de los primeros diez minutos ejercieron de aviso, pero el que estuvo muy cerca del gol fue Espino en el 11 con un zurdazo con el que estrelló el balón en el poste.

La ocasión, clarísima, no alteró el panorama. Se cumplió la lógica. El dueño del esférico fue el conjunto blanco, dominador en la medular y diabólico en tres cuartos con asociaciones preñadas de calidad que fueron el germen de oportunidades pintiparadas que no tuvieron efecto en el marcador gracias a las intervenciones de David Gil.

En el 15, el arquero impidió el tanto tanto un misil con la izquierda de Asensio. Casi sin respiro, en pleno asedio de los visitantes, de nuevo David Gil desvió a lo justo tras el remate de Benzema, que se había quedado solo después de una doble pared con Asensio. Espino molestó lo suficiente al ariete con un leve agarrón que hizo más complicado su definición.

Los de casa no se arrugaron pese a las dificultades. La incógnita era si iban a ser capaces de aguantar y de aprovechar alguna salida la contra, el único recurso posible junto con las acciones a balón parado dados los problemas para construir en el juego posicional.

Fue precisamente desde un saque de esquina, en el 22, como fabricó el equipo modesto su segunda ocasión con un remate con la bota derecha de Chris Ramos que se perdió cerca de un poste.

Con media hora transcurrida y una vez constatada la evidente diferencia entre el pequeño y el grande, cada minuto con el marcador inalterado era una proeza. Los blancos atacaron como si no hubiese un mañana en busca de la ventaja antes del intermedio. Apareció en el 34 Rodrygo con habilidad para romper la zaga, el tiro de Ceballos a bocajarro lo despejó David Gil y Benzema, con todo a su favor en boca de gol, remató al larguero.

Se libró de milagro un Cádiz CF que además no sacó tajada a las contras que organizó. Bongonda fue de los más activos, al que más buscaron en ataque, pero en el 36 se le fue largo el control de la pelota cuando se quedaba solo delante de Courtois.

Los amarillos pasaron por momentos de auténtico agobio, sobre todo ante un desatado Rodrygo. El brasileño se inventó en el 40 una bicicleta y una vez más emergió David Gil para repeler el disparo. Un minuto después, el cancerbero puso las dos manos para evitar el gol tras una potente volea de Ceballos.

David Gil fue el héroe de una primera parte resuelta con cerocerismo. Los locales soportaron como buenamente pudieron el huracán merengue y se marcharon al descanso con un empate esperanzador.

La segunda mitad arrancó con un nuevo susto para la parroquia cadista y David Gil otra vez ganador en un mano a mano, esta vez al despejar el tiro de Rodrygo, que un minuto después, en el 50, debió haber sido expulsado por agresión a Fede San Emeterio.

Replicó en el 53 Rubén Alcaraz con un derechazo lejano que despejó Courtois en una acción aislada en ataque porque el asedio de los visitantes fue constante. En el 56, la ocasión fue aún más clara cuando Rodrygo remató fuera a puerta vacía. Jorge Meré ya había entrado en acción por Raúl Parrra.

El Cádiz CF sufrió un calvario. No había minuto sin que la pelota entrase en su área. Agobiante. El cansancio hizo acto de presencia. Todas las energías de los anfitriones eran para correr detrás del balón, era casi imposible cruzar la línea central. Mientras, el equipo de Ancelotti actuó como un martillo pilón, halló espacios en el entramado defensivo y generó peligro una y otra vez. En el 67, Benzema envió el balón al poste de un trallazo en la enésima intentona de los blancos.

Los locales necesitaban aire fresco de manera urgente y Sergio González metió de una tacada a Álex Fernández, Iván Alejo y Roger Martí. Un triple movimiento que provocó el paso de Bongonda a la mediapunta y Chris Ramos a la banda izquierda.

Pero los relevos no llegaron a surtir efecto porque la resistencia de los gaditanos saltó por los aires enseguida con dos goles en contra en tres minutos. En el 72, Nacho soltó un zapatazo desde la frontal del área con el que alojó el esférico en la portería raso justo un poste. Lo que no lograron Benzema, Rodrygo y compañía lo consiguió el zaguero.

El 0-1 duró muy poco porque en el 75, en pleno descontrol de los amarillos, Asensio hizo el segundo con un disparo raso cruzado que se coló por el mismo sitio que en el tanto anterior.

Con el 0-2 ya no hubo partido. Los de casa aplicaron una presión alta en busca del milagro. Lo intentaron por todos los medios a la desesperada. Ya daba igual dejar espacios atrás. En el 82, Negredo disparó alto desde el balcón del área. En el 84, cabeceó alto.

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