El Cádiz CF afronta ante el Almería un partido diferente a todos los demás. No es un partido cualquiera por todo lo que está sucediendo alrededor de los colegiados. Es el partido más difícil.

El conjunto amarillo se está viendo seriamente perjudicado por decisiones arbitrales en los últimos tiempos. Podría llevar 33 puntos en lugar de los 27 con los que comparece en el Power Horse Stadium. Aquel gol anulado a Brian Ocampo en el duelo ante los almerienses de la primera vuelta, el fuera de juego del Elche, el tanto de penalti del Getafe fuera de tiempo. Esos tres encuentros finalizaron con empate que bien pudieron ser victorias de los gaditanos.

La semana hasta llegar al choque de la 26ª jornada de Liga ha estado marcada por el escándalo protagonizado por Alejandro Hernández Hernández en el envite ante el Getafe. No sólo evitó el triunfo del Cádiz CF con sus decisiones, además mostró una actitud chulesca como desveló Sergio González y se explayó en el acta de tal manera que puso en la picota a Jeremías Conan Ledesma, sancionado con cuatro encuentros de suspensión.

Para colmo, la designación del árbitro y el VAR para el partido contra el Almería que se disputa el sábado 18 de marzo también puede generar cierta suspicacia. En el campo, Carlos del Del Cerro Grande, el juez de la contienda ante el Elche. En el VAR, Juan Martínez Munuera, colegiado ante el equipo de Rubi en la primera vuelta.

La elección de esos árbitros podría ser entendida como una provocación, quizás como una respuesta del Comité Técnico de Árbitros a la reacción del Cádiz CF tras ser perjudicado ante el Getafe.

El equipo amarillo encara una doble prueba de máxima complejidad en el duelo ante el Almería. Una, el partido en sí frente a un rival directo en la pelea por la permanencia. Un cita complicada que requiere de la mejor versión para tener opciones de puntuar.

Otra, una auténtica prueba de fortaleza mental. Los hombres de Sergio González deben abstraerse de todo lo que ha sucedido, olvidarse del árbitro y centrarse al cien por cien en el desarrollo del juego. La clave está en no descentrarse con las decisiones del colegiado, mantener la cabeza fría y tener un comportamiento correcto pase lo que pase.

Tanto el árbitro como el encargado del VAR saben que estarán bajo la lupa y que por tanto deben estar a la altura de lo que se juegan los dos equipos. No está la cosa como para cometer errores groseros