El Cádiz CF pelea cada temporada en la zona aérea de la clasificación pero todos los años se ve arrastrado por la misma situación: se desfonda en el tramo final. Sufre mal de altura. El recorrido es calcado y cada una de las tres campañas desde el retorno al fútbol profesional acabó la Liga con 64 puntos. Es su tope con un trayecto de más a menos. Siempre suma más puntos en la primera vuelta que en la segunda.

La primera vez que terminó el campeonato con 64 puntos le sirvió para ocupar la quinta posición y meterse en la fase de ascenso a Primera División. Lo consiguió recién llegado a la categoría de plata, con el presupuesto más bajo desde su regreso. Las otras dos no le sirvieron para agarrar una de las plazas de privilegio pese a que  que dispuso de opciones hasta la última jornada: noveno en la segunda y séptimo en la tercera.

La cuenta compartida corre paralela el desfondamiento de un equipo que se viene abajo cuando alcanza el objetivo de los 50 puntos y a la vez debe afrontar un reto mayúsculo en la recta final de temporada.

En el club tratan de encontrar una explicación medianamente lógica a la secuencia que se repite año tras año. El equipo se desinfla cuando llega a la hora de la verdad. ¿Es un problema físico? ¿Una cuestión de debilidad mental? ¿Reina el conformismo cuando no hay obligación? El caso es que tropieza con la misma piedra y hay cierta preocupación por ello.

Alberto Cifuentes, con cuatro campañas en la portería cadista, sí tiene una explicación a lo que le sucedió al equipo en la última parte del curso recién finalizado, “pero no es el momento”, indicó nada más acabar el encuentro contra el Sporting de Gijón. No quiso hurgar en la herida.

La realidad es que cuando quedan diez jornadas para la línea de meta, el frenazo es una evidencia avalada por los números. De los 90 puntos disputados por el Cádiz CF en la última decena de partidos de las tres campañas más recientes, sólo sumó un tercio y dejó por el camino dos terceras partes. El balance de esa treintena de compromisos es de cinco victorias, 20 empates y cinco derrotas para un total de 35 puntos de los 90 puestos en liza. Perdió 55 puntos en plena batalla por un puesto en el play-off e incluso por el ascenso directo. Empató la mayoría de los partidos (el 66 por ciento).

En la temporada 2017/18, el conjunto entrenado por Álvaro Cervera marchaba en una esperanzadora cuarta posición a sólo dos puntos del ascenso directo (y a uno del liderato) a falta de diez capítulos para el epílogo, pero la caída fue de tales proporciones que cerró el torneo en el noveno lugar después de sumar sólo nueve puntos de los últimos 30. Sólo ganó un partido en el esprint final, empató seis y perdió tres. Tanto empate le pasó factura porque por cada punto sumado se escapaban dos.

Una andadura antes, en la 2016/17, los amarillos saborearon el éxito que supuso su participación en el play-off pese a que en la recta final del campeonato sólo venció en dos de sus diez citas, perdió en una (en Valladolid en un duelo intrascendente en la última jornada) y amarró siete igualadas que en ese caso sí le valieron para sacar el billete tras sumar 13 puntos de los 30 finales.

Y en la 2018/19, todavía caliente (clausurada hace cuatro días), el conjunto gaditano se hundió cuando lo tenía todo a su favor. A falta de una decena de partidos ocupaba el sexto peldaño incluso con opciones de ascenso directo (a seis puntos del segundo), aunque caminó a pasos cortos hasta descolgarse en el último momento. Dos triunfos, seis empates y dos derrotas seguidas en los dos envites del cierre (13 puntos de 30) resultaron insuficientes. Una vez más sufrió un retroceso que le impidió entrar en las eliminatorias.