Las opciones del Cádiz CF a domicilio decaen en la segunda vuelta. Suma cinco puntos de los 15 dirimidos lejos de su territorio (un 33 por ciento). No es fácil sorprender al equipo de casa y menos en el periodo definitivo del torneo de la regularidad, cuando todos aprietan los dientes en pos del cumplimiento de sus objetivos.

Pero no se trata sólo de que el adversario de turno se haga fuerte en su feudo delante de su afición. La dificultad aumenta de nivel cuando el visitante se emplea en inferioridad numérica. Ese es el principal problema del conjunto amarillo en los desplazamientos: las expulsiones.

De las cinco salidas que la escuadra entrenada por Álvaro Cervera acumula desde el arranque de la segunda vuelta en enero de 2020, en tres llegó al pitido final del encuentro con diez futbolistas sobre el terreno de juego. Un lastre que limitó sus posibilidades de pelear por la recompensa de los tres puntos.

En El Toralín, contra la Ponferradina (en la 22ª jornada, la apertura del segundo periodo del campeonato), Luismi Quezada se fue a la caseta en los últimos instantes por doble amonestación y el Cádiz CF sufrió de lo lindo para mantener la portería a cero y llevarse un empate a cero. Apenas pudo atacar y se tuvo que conformar con proteger sus dominios.

El partido contra el Sporting de Gijón disputado en El Molinón (29ª jornada) quedó condicionado por la cartulina roja que vio José Mari por una dura entrada en el ecuador de la segunda mitad poco después de que el Cádiz se viese con el gol en contra que acabó costando la derrota. Fue recibir el tanto y quedarse con diez y el equipo fue incapaz de llegar con peligro al área contraria. No tuvo opciones de puntuar.

Y en el caso más reciente, en Lugo, los amarillos llevaban el mando del encuentro con absoluta claridad hasta que una acción aislada mediada la primera parte cambió el rumbo del encuentro. Cifuentes arrolló a Gerad Valentín en su salida, expulsión directa del portero y el conjunto de Álvaro Cervera se tuvo que desenvolver con un futbolista menos durante más de una hora de sufrimiento, y sufrió un enorme desgaste físico para arañar un punto y sin pisar el área del cuadro gallego tras el gol de Lozano cuando el equipo ya estaba sin su guardameta titular.

Las tarjetas rojas pueden condicionar los partidos y el cercano caso el caso del Anxo Carro es un ejemplo palpable.

El Cádiz CF no sólo es el líder de la Liga, además encabeza la lista de expulsiones: nueve en 31 partidos, casi todas como visitante. Los gaditanos acabaron siete choque en inferioridad numérica con un balance de cuatro derrotas, dos igualadas y una victoria.

Los de Cervera cayeron 3-0 en Alcorcón en la sexta jornada y tres jugadores se fueron a la caseta antes de tiempo: Yann Bodiger, Choco Lozano y Pacha Espino.

La roja que vio Marcos Mauro en los últimos minutos del duelo disputado en Almería (octavo capítulo) ni impidió que los amarillos lograsen una importante victoria en el campo de un rival directo.

En Fuenlabrada (18ª jornada), la doble cartulina que el árbitro mostró a Jean Pierre Rhyner en la primera parte cercenó a un Cádiz que perdió con un un gol en los últimos minutos.

Y frente al Numancia (21ª jornada, la que cerró la primera vuelta), en el estadio Carranza, el equipo pagó muy un precio muy alto por la roja directa que vio Salvi al comienzo de la segunda parte cuando el marcador reflejaba un empate a uno que se acabó convirtiendo en un 2-4. Es la única expulsión que los amarillos han sufrido como local en lo que va de temporada.