El Cádiz CF de Garitano se 'pone' el traje de Cervera
La victoria sobre el Castellón, manteniendo la portería cero y clavando dos goles al contragolpe, fue muy del estilo del ex entrenador amarillo
El Cádiz CF tiñe la Navidad de amarillo
No se puede poner un pero a la despedida de 2025 para el Cádiz CF, después del mal aspecto de la situación del equipo hace algunas jornadas. Triunfo sobre el CD Castellón (2-0) y tres puntos que alojan a los amarillos en la zona de fase de ascenso, en teoría junto a los mejores de la categoría.
El Cádiz CF, su entrenador, apostó por su once favorito en las últimas semanas de competición salvo la obligada baja del sancionado Mario Climent, lo que le daba minutos al canterano Raúl Pereira. El resto, ni tocarlo. El equipo de Gaizka Garitano mantuvo el tipo casi todo el tiempo en el Nuevo Mirandilla; cerrar su portería y lo más posible el área. El Castellón, con más calidad y una posesión evidente, mantuvo ese estilo a pesar de que su entrenador se quedó a cientos de kilómetros de distancía debido a un cólico. Pablo Hernández vio por televisión como al final las cosas no salieron como era su deseo.
El Cádiz CF supo ser seguro atrás, empleando para ello oficio, solidaridad en el trabajo y una aplicación correctísima de lo que se trabaja a lo largo de la semana. Si era capaz de mantener la portería inmaculada, la cuestión era encontrar el gol en la inspiración del Moussa de turno o que los atacantes hicieran bien su papel. Sucedió lo segundo con el doblete de Dawda Camara, quien descaradamente se destapa como un '9' que, por el momento, da la talla.
Si el Cádiz CF acertó en la defensa y en los contragolpes empezó la campaña de acoso y derribo hasta hacer dos goles al conjunto levantino, la memoria hizo recordar aquellos encuentros de Álvaro Cervera en el banquillo: ganar a partir de una gran defensa y una contra letal. Así salió el Cádiz CF de Segunda B, subió a Primera y obtuvo una permanencia en la elite, que no es poco.
Garitano se 'puso' el traje de Cervera y el equipo cadista dio la cara como le gusta al entrenador, con jugadores que son atletas, con una labor física enorme y con puntería cogiendo al rival en paños menores. Todo eso sin Suso.
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