Todas las recuperaciones son positivas y que un futbolista deje atrás su etapa de calvario en la enfermería siempre es motivo de gran satisfacción. Es el caso que representa José Mari, el capitán y el alma del Cádiz CF. Un jugador diferente que nunca es uno más, un profesional como la copa de un pino al margen de mejor o peor rendimiento. Cuando las piernas y la cabeza las mueve el corazón, se nota de lo que se habla. El regreso de José Mari es una de las grandes noticias en mucho tiempo. Las dudas eran grandes de que esta campaña se le pudiera volver a ver, pero el roteño, el buque insignia, nunca se bajó del barco aunque la rodilla casi le obligara. Como otras tantas veces, se vuelve a levantar. Ese es José Mari.

El centrocampista gaditano ha recibido el alta médica y está a las órdenes de Sergio González. Pero, ¿qué puede aportar el veterano pivote a una plantilla que se ha reforzado a base de bien en el mercado de invierno? Pues la respuesta tiene una única palabra: mucho. Y es así porque el jugador representa en dosis enormes lo que supone el equipo amarillo desde su crecimiento hasta regresar y asentarse en Primera División. Y es así porque sabe lo que respira y cómo respira el vestuario en cada momento, en cada jornada y entrenamiento. Y es así porque, desde el césped, tiene la visión y sapiencia de un entrenador -el mejor nexo que tenía Cervera y que hora tiene Sergio para que el grupo entienda lo que se requiere en cada momento-, lo que es un cable enorme para que la maquinaria funcione con una simple mirada o con un gesto.

Pero que nadie dude que la aportación de José Mari ira más allá de lo sentimental y psicológico como el líder que es. El roteño reúne condiciones para que jugadores como Rubén Alcaraz y Gonzalo Escalante -llamados a ser titulares en el doble pivote- no acumulen un número de minutos elevado en la fase de mayor importancia de la temporada. Su papel debe tener mucha relevancia en esa faceta porque estamos hablando de José Mari, buen profesional y mejor cadista, en cuyo caso también cuenta que el amarillo y azul corre por sus venas desde hace ya bastantes años.

José Mari es un ejemplo de superación, uno de los mejores 'refuerzos' para lo que está por llegar y una alternativa fiable para que el Cádiz CF ofrezca el máximo de garantías en la zona ancha, donde al final se cocina la receta de la permanencia. José Mari no ha vuelto porque nunca se fue; siempre estuvo, con o sin muletas, pero con el corazón en la mano postrado ante su pasión más allá de lo profesional. José Mari lo ha demostrado todo en el verde, aunque sigue sorprendiendo fuera de él como ahora es el caso con una recuperación destinada a elegidos como él.