Casualidad o no, lo cierto es que las dos derrotas más duras del Cádiz CF en la primera vuelta tienen un actor común. El equipo amarillo perdió 3-0 en Alcorcón bajo el arbitraje Gorka Sagués Oscoz. El vasco fue el responsable del VAR en el duelo frente al Numancia.

Sagués Oscoz masacró a los amarillos en Santo Domingo con tres expulsiones (Bodiger, Choco Lozano y Pacha Espino) y dos penaltis y desde las múltiples pantallas en la sala del VAR no tuvo su día en el partido contra el cuadro soriano.

Tres meses más tarde, fue Sagués Oscoz quien, sentado en la sala de videoarbitraje en el choque contra el Numancia, pasó por alto el claro penalti cometido sobre Salvi al comienzo de la segunda parte. El extremo fue derribado dentro del área por un zaguero justo después de centrar y ni Ávalos ni Sagués consideraron la acción como máximo castigo. Desde el VAR no instaron al colegiado a que revisase una jugada que hubiese sido clave.

Casi sin respiro, en la siguiente acción, Sagués sí pidió al árbitro que acudiera a la pantalla instalada junto al túnel de vestuarios para que valorase el pisotón que Salvi había dado a un contrario. El sanluqueño pisó a un rival al caer pero no fue un acto voluntario.

Salvi no es un jugador sucio. La tarjeta amarilla se convirtió en roja en una decisión desmedida por parte del colegiado catalán que se excedió en la aplicación del reglamento. No tuvo la más mínima flexibilidad, no supo o no quiso interpretar la jugada y se cargó el partido.

Ávalos no sólo perjudicó al Cádiz CF con la injusta expulsión de Salvi. Terminó de desquiciar a los gaditanos cuando midió con distinto rasero a los dos equipos a la hora de mostrar cartulinas. Cinco amarillas a los de casa y sólo una a los visitantes. No trató igual a los dos, lo peor que se puede decir de un juez que si algo no impartió fue justicia.

Tanto Sagués Oscoz como Ávalos Barrera ingresan en la lista de árbitros que han maltratado al Cádiz CF. El club calla y aguanta el tirón.