De todos los encuentros del pasado que han protagonizado Oviedo y Cádiz, sin duda los aficionados guardan en la memoria, por la cercanía en el tiempo y por la trascendencia que tuvieron, los partidos que ambas escuadras disputaron en la final de la fase de ascenso a Segunda División A de la temporada 2014-15. Hoy por hoy sólo quedan en las plantillas de uno y otro tres supervivientes de aquel curso.

Por el Cádiz sigue Garrido, que luego incluso se marchó cedido para regresar y convertirse en un pilar del proyecto de Cervera. Y por parte del Oviedo, Johannesson y Lucas, con poca presencia ambos.

Aquel cruce de campeones, al que los entonces dirigidos por Claudio Barragán llegaban con toda la ilusión del mundo, se resolvió a favor de los asturianos, que quizás partían con la vitola de favoritos pero que después de lo sucedido en el Carlos Tartiere se quitaron la presión y se la entregaron al rival.

En efecto, la ida de la eliminatoria entre el primer clasificado del Grupo 2 y el primero del Grupo 4 de Segunda B catapultó las opciones del Cádiz, que en tierras asturianas se adelantó en el marcador y acumuló méritos para ganar, aunque se tuvo que conformar con un empate al final (1-1).

En la vuelta, con el Ramón de Carranza preparado para la fiesta, un gol del Oviedo en la primera parte terminó condenando a los locales, que se vieron abocados a tomar el camino largo para subir.

Así, en la segunda ronda hubo que sufrir para superar al Hércules con polémica, y de nuevo en una final, la de la tercera eliminatoria, el filial del Athletic sorprendió en Bilbao (2-0) y destrozó el sueño del cadismo en una vuelta (1-1) sin duda condicionada por lo que había ocurrido con el Oviedo.