El Código disciplinario de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF) incluye sanciones graves en caso de actos, gestos o palabras relacionadas con el racismo.

El artículo 72 señala que la participación activa en actos violentos, racistas, xenófobos o intolerantes o que o que fomenten este tipo de comportamientos en el deporte, "será considerada como infracción de carácter muy grave".

A los efectos de este artículo, el Código Disciplinario de la RFEF indica que se considera, en todo caso, como participación activa, "la realización de declaraciones, gestos, insultos y cualquier otra conducta que impliquen una vejación a una persona o grupo de personas por razón de su origen racial o étnico, de su religión, convicciones, discapacidad, edad, sexo u orientación sexual".

Entre las sanciones que contempla la RFEF en este artículo, sobresale la inhabilitación para ocupar cargos en la organización deportiva o suspensión o privación de licencia federativa, "cuando el responsable de los hechos sea una persona con licencia deportiva. La sanción se podrá imponer con carácter temporal por un período de dos a cinco años, o excepcionalmente con carácter definitivo en los supuestos de reincidencia en la comisión de infracciones muy graves".

Las otra sanción recogida tiene un carácter pecuniario "para los clubes, técnicos, futbolistas, árbitros y directivos en el marco de las competiciones profesionales, de 18.001 a 90.000 euros".

No es asunto menor porque Juan Cala ha sido acusado por Mouctar Diakhaby de dedicarle un insulto racista durante el partido entre el Cádiz CF y el Valencia disputado el domingo 4 de abril en el estadio Carranza.

El conjunto ché ha pedido la apertura de una investigación para esclarecer los hechos y su presidente, Anil Murthy, ha señalado directamente al zaguero del Cádiz CF. Mientras, la entidad cadista defiende a su jugador y se muestra en contra del racismo, como no puede ser de otra manera.

En el caso de se llegase a demostrar que hubo insulto y la RFEF aplicase un castigo duro si estima la acción como muy grave, podría suponer el fin de la carrera como futbolista del defensa del conjunto amarillo, que tiene 31 años y en el peor contexto posible le podría caer entre dos y cinco. No es ese el escenario actual porque a día de hoy no hay pruebas que demuestren su culpabilidad.

Cala tiene previsto hablar el martes para explicar su versión y defender que no insultó a su contrincante. Mientras, el Comité de Competición de la RFEF se dispone a abrir un periodo de investigación.