Cádiz CF | El análisis

Premio a la regularidad

  • El equipo amarillo salta a la zona noble tras ser el único que ha ganado los últimos tres partidos de Liga

Salvi intenta llevarse el balón ante el acoso de Abraham.

Salvi intenta llevarse el balón ante el acoso de Abraham.

Los errores groseros marcaron el desarrollo del encuentro entre el Nástic de Tarragona y el Cádiz CF disputado el pasado sábado en el Noreste del territorio español. El conjunto amarillo se las apañó para sobrevivir a los fallos propios y ajenos y aprovechó los que hizo el adversario para llevarse tres puntos de oro que le devuelven a una sexta posición que ya ocupó durante tres jornadas en la recta final de la primera vuelta.

El Cádiz CF está donde quiere. No hay otra ambición que no pase por acabar la Liga con un billete para la fase de ascenso a Primera División. El equipo de Álvaro Cervera no tuvo una tarde nada plácida pero al final fue el que mejor superó los obstáculos que aparecieron por todos lados sobre el césped del Nou Estadi. Cada vez que marcaba un gol, el Nástic respondía con otro tanto cinco minutos más tarde.

Una defectuosa salida de balón de Sergio Sánchez propició el empate a uno poco después del golazo de Darwin Machís. El 1-3 tras el oportuno tanto de Manu Vallejo duró muy poco porque el árbitro se equivocó al señalar como penalti una falta realizada por Kecojevic fuera del área. Como si el destino abocase a los gaditanos al máximo sufrimiento. Ese error del colegiado complicó la vida a los amarillos. Por fortuna, la pena máxima inexistente pasa al rincón del olvido gracias a la victoria que hacía falta para ingresar en el selecto grupo de elegidos.

Los dos goles de la escuadra catalana tuvieron su origen en errores que sin embargo no evitaron la victoria de un Cádiz que aceptó de buen grado el regalo en el tanto que suponía 1-2, obra de Kanté en propia puerta a la salida de un saque de esquina. Cuando el sistema defensivo se desajusta más de la cuenta, un buen día en el área contraria lo soluciona todo.

Los amarillos salieron vivos de un partido que por momentos dominaron con autoridad –sobre todo en la primera mitad- antes de perder el control de la situación y pasar verdaderos apuros para conservar la ventaja definitiva. Pese al exceso de sufrimiento, lo que cuenta es un resultado que propulsa a un equipo que sabía que era el momento de dar un paso más en el campeonato.

Ganó pero tomó buena nota de sus carencias en un entramado defensivo que hizo aguas más allá de los dos goles recibidos. Los tarraconenses llegaron con facilidad al área, colgaron un sinfín de centros y hasta dispusieron de alguna ocasión clara para empatar.

Cada partido es un mundo y sin ser el más brillante sí valió para prolongar el estado victorioso en el que profundiza un Cádiz que necesitaba adentrarse en una racha positiva –un trío de triunfos consecutivos– como forma de compensar la mala dinámica anterior –cinco encuentros seguidos sin poner en práctica el verbo ganar–.

Los gaditanos se meten en la zona noble por primera vez en la segunda vuelta y confirman su candidatura al play-off. Vuelven a lugar que perseguían 48 días y siete jornadas después de su última estancia en la parte alta. Se cayeron de la sexta plaza tras la derrota en el campo del Osasuna –en el vigésimo capítulo- después de disfrutarla en los episodios 17º, 18º y 19º.

El Cádiz CF ya figura entre los seis primeros clasificados de la Liga 1|2|3, como en este punto concreto de las dos temporadas anteriores. Su misión en las últimas semanas era dar el salto a la sala vip y ahora que lo consigue el siguiente objetivo, todavía más complicado, es mantenerse e incluso escalar algún peldaño más si es posible.

Los números avalan a un equipo amarillo que es el único que ha sido capaz de ganar los últimos tres choques ligueros en una clara demostración de carácter competitivo. Se impuso en el terreno del Alcorcón –rival directo en la puja por el play-off que entonces estaba por delante en la tabla-, se deshizo del Tenerife en el estadio Carranza y sudó de lo lindo para doblegar al colista en Tarragona. No hay nada como una sobredosis de regularidad, la llave que abre la puerta del éxito.

Sumar de tres en tres alimenta los mejores sueños, pero el camino es largo y el equilibrio reinante en el campeonato es una invitación al recurso de la prudencia porque todo está por hacer con 15 jornadas por delante. De la misma manera que ahora está dentro puede quedarse fuera la próxima semana. La receta del partido a partido viene como anillo al dedo cuando cada cita se convierte en una final.

Mientras, toca disfrutar del nuevo decorado. El Cádiz CF pelea con ilusión por un premio gordo. Se instala de manera provisional en el sexto escalón con 44 puntos, uno de ventaja sobre el Oviedo –séptimo con 43– y tres de renta sobre el Mallorca y el Alcorcón, octavo y noveno con 42. Ahí se produce una brecha. Los nueve primeros libran la batalla por las seis plazas de privilegio.

A la vez que trata de mantener a raya a sus acechantes perseguidores, el Cádiz CF mira arriba con el firme propósito de dar caza a los rivales que tiene por delante. La ambición de los gaditanos no conoce límites. Tiene a cuatro puntos al Deportivo de La Coruña, quinto con 48, y a cinco al Málaga, cuarto con 49. El Granada, tercero con 50, queda a tiro de seis de los amarillos. El Albacete es segundo con 50 y el Osasuna manda con 51, a siete. No hay un líder destacado como en años anteriores.

La expedición cadista regresó el domingo de Tarragona con los tres puntos en el equipaje y la satisfacción del deber cumplido. La plantilla descansa el lunes y el martes reanuda los entrenamientos para empezar a preparar el compromiso contra el Albacete en la que será una auténtica prueba de fuego para los hombres de Álvaro Cervera, que se miden a uno de los cinco equipos que tiene por encima en la tabla.

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