Nástic - Cádiz CF | La crónica

Sufrido triunfo y sexta plaza

  • El equipo amarillo suda tinta para meterse en zona de 'play-off'

  • Machís se va lesionado y Manu Vallejo reaparece con un gol

Salvi busca el balón a la vez que Abraham.

Salvi busca el balón a la vez que Abraham.

El Cádiz CF se mete de lleno en la zona de fase de ascenso a Primera División gracias a una sufrida victoria (2-3) sobre el Nástic de Tarragona en un partido que llegó a tener controlado pero que se complicó más de la cuenta.

El equipo amarillo salta de la séptima a la sexta posición favorecido por el triunfo y por el empate del Oviedo en Albacete. La tercera victoria consecutiva depara una jugosa recompensa pero deja la pésima noticia de la baja de Machís, lesionado pasada la media hora aunque le dio tiempo a marcar un gol.

La sensación de superioridad que mostró el Cádiz sobre el colista no se tradujo en un triunfo holgado. Todo lo contrario. Los locales apuraron sus opciones hasta el último minuto e hicieron sudar de lo lindo a los gaditanos, que sumaron tres puntos de oro y alcanza los 44.

Álvaro Cervera puso en liza un once diseñado para sorprender a contramano, con Machís en punta como pareja de David Querol y Salvi y Jairo en los costados. Todo velocidad pero con la prioridad de mantener la estructura defensiva.

No tardaron en inquietar los visitantes poco después de que Alberto Cifuentes desviara a córner un peligroso centro chut de Abraham en el primer minuto. Un espejismos porque fue el Cádiz el que se hizo con el mando.

Los amarillos martillearon por las dos bandas sin tregua y si no cobraron ventaja en el minuto 10 fue por la inspiración de Bernabé, que evitó el 0-1 con un doble paradón tras un cabezazo a una esquina de David Querol y el posterior remate a bocajarro de Salvi.

La superioridad de los andaluces era aplastante pese al misil de Pipa en el 14 que Cifuentes desactivó con acierto. El gol era cuestión de tiempo hasta que en el 14 se adelantaron los gaditanos con un golazo de Machís que nació en una acción de juego directo. David Querol cazó un despeje largo de Álex Fernández y sirvió de tacón al venezolano, que no perdonó desde la frontal del área. Fijó a su compatriota Mikel Villanueva y soltó un obús que dejó sin respuesta al cancerbero. Imparable.

El tempranero 0-1 no hizo sino reflejar el imponente arranque de un Cádiz que de la misma manera que se puso por delante permitió que el Nástic se metiese en el partido cinco minutos más tarde fruto de uno de esos fallos que en el fútbol suelen costar caro.

El horizonte idílico dibujado con ese tanto se fue el traste cuando Sergio Sánchez cometió un error infantil en la salida del balón, que interceptó Luis Suárez. El delantero robó la cartera al experimentado zaguero, se internó solo dentro del área y salvó la salida de Cifuentes con un sutil toque por encima suya con el que coló el cuero en la portería.

El 1-1 equilibró el juego pero el Cádiz no paró de insistir liderado por un Machís que generaba peligro cada vez que tocaba la pelota. El peso del ataque recayó sobre el atacante hasta que llegó la peor noticia posible para el equipo y para él. En el minuto 33, el sudamericano se escapaba con rapidez de dos contrarios pero tuvo que parar en plena carrera al sentir un pinchazo en la parte posterior de su muslo izquierdo.

El propio futbolista se dio cuenta enseguida de que estaba lesionado y pidió el cambio de inmediato. Justo antes de que entrase Manu Vallejo -apenas pudo calentar-, los visitantes, sin tiempo para digerir el duro golpe que suponía quedarse si su referente, se encontraron con el 1-2, pura cortesía de un Nástic que devolvió el regalo que había recibido en el tanto de la igualada. En el 34, Álex Fernández sacó de esquina y Kanté, en su intento de despejar de cabeza, introdujo en balón en su propia portería para volver a desnivelar el marcador.

El 1-2 permaneció inalterado hasta el intermedio. Los de Cervera no estaban dispuestos a desperdiciar una nueva ventaja, se protegieron en su parcela y amagaron a la contra, aunque Luis Suárez dio un nuevo susto justo antes del descanso con un latigazo que se perdió cerca de un poste. Todo un aviso de que el conjunto catalán estaba muy vivo.

El guión de la segunda parte estaba cantado. El Cádiz se empleó en la administración de la renta y en la organización de transiciones de vértigo con protagonismo para Manu Vallejo, hambriento de minutos en su reaparición. En 50 hizo de las suyas con una obra de arte que acabó en un córner del que brotó el 1-3. Álex sacó de esquina, despejó la zaga, el propio Álex volvió a centrar y el cuero llegó al chiclanero, situado en el segundo palo. Controló, regateó y soltó un latigazo que sorprendió a Bernabé tras tocar el balón en Villanueva.

El 1-3 tuvo un recorrido muy corto porque Nástic recortó distancias cinco minutos después en una jugada no exenta de polémica. En el 56, el colegiado señaló como penalti una falta cometida por Kecojevic sobre Luis Suárez fuera del área. El VAR, que no se aplica en Segunda División, hubiese puesto las cosas en su sitio pero la realidad fue que Kanté no falló desde los once metros para colocar el 2-3 con más de media hora por delante.

El partido se deslizó desde entonces por el péndulo que osciló entre el 3-3 y el 2-4. Luis Suárez falló con todo a su favor delante de la portería -en el 65- y David Querol se quedó sin fuerzas para definir con precisión delante de Bernabé.

Cervera hizo debutar a Rennella en el minuto 70, en plena incertidumbre, con el Cádiz metido atrás atareado en achicar balones, con sensaciones de inseguridad y sin llegar a sentenciar a la contra pese a los enormes espacios que dejaron los anfitriones.

El canterano Sergio fue la última carta del entrenador para apuntalar la medular en la recta definitiva hasta la meta. Sufrieron de lo lindo los amarillos, que apenas olieron un balón que fue del Nástic en los últimos minutos.

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