El Cádiz CF vive una etapa dulce desde el comienzo de temporada. El equipo funciona como un bloque compacto y además destacan los jugadores en el plano individual. Todos están enchufados. El liderato está prueba más palpable. Entre los que sobresalen despunta con nombre propio Fali.

El central cuajó un partidazo frente a la Unión Deportiva Las Palmas. No sólo defendió con garra y seguridad, además se incorporó al ataque en las acciones a balón parado y tuvo habilidad más que suficiente para anticiparse a todos a la salida de un saque de esquina y conectar un cabezazo con el que el Cádiz abrió el marcador.

Fali abrió la lata en el primer balón dirigido a puerta de su equipo y con ese tanto, clave en el desarrollo del encuentro, mostró el camino de la victoria, la décima de un conjunto amarillo imparable. El zaguero anotó su primer gol como cadista.

Lo hizo en el momento más oportuno. Una recompensa a su trabajo, que no es hacer goles sino defender, cosa que hace de maravilla. Y eso que expuso su físico para poder ayudar al equipo. En La Rosaleda acabó tocado en los isquiotibiales y durante la semana trabajó a destajo para llegar a la cita ante el cuadro canario que no pudo terminar al resentirse de sus molestias.

El central vive una situación que en nada se parece a la de la temporada 2018/19, cuando sufrió la desagradable experiencia del descenso a Segunda División B en las filas del Nástic de Tarragona.

El Cádiz CF no quitó ojo al rendimiento de Fali, que en la recta final de la pasada campaña, ya con el cuadro catalán sin opción de salvarse, se hizo con los servicios del defensa en calidad de cedido.

Álvaro Cervera lo tenía claro. Quería al central en su plantilla para el nuevo curso y el club de rascó el bolsillo en verano para abonar al Nástic la cláusula de rescisión del contrato y hacerse con la propiedad de un jugador que tiene ADN cadista. Cumple todos los requisitos para formar parte del plantel: máxima entrega, disciplina táctica y buen trato de balón.