Fútbol | Segunda División B

El Cádiz B, al mal juego buena cara

  • El filial amarillo derrota con sufrimiento al Villarrobledo (1-0) gracias a un gol de Víctor Morillo.

El cadista Sergio Pérez arma la pierna ante Toribio y Perona.

El cadista Sergio Pérez arma la pierna ante Toribio y Perona. / LOURDES DE VICENTE

Victoria con suspense del Cádiz B, la tercera consecutiva, sobre un Villarrobledo con muchas bajas y que se debatió la mayor parte del encuentro en un querer y no poder por falta de recursos. Al cuadro cadista le tocó sudar hasta el final por el empuje con corazón de un enemigo que, a base de juego, se fue apagando pronto.

La alineación del filial sólo presentaba la posible y sospechada novedad en el ataque, donde Seth Vega dejó su sitio a Hernán Lino, quien a base de goles estaba poniendo las cosas complicadas al cuerpo técnico. Enfrente un adversario con sólo 16 convocados por el aluvión de bajas, aunque con una atractiva propuesta de fútbol.

Desde muy pronto se vio que el conjunto gaditano buscaba con mayor protagonismo el área contraria. Todo ello después de un error de José Antonio Franco que estuvo a punto de provocar un mano a mano de Agus Alonso con Cristian Arco. Buscaba el Cádiz B entre fallos e imprecisiones desbordar el entramado del conjunto albaceteño con buenas conexiones entre Jordi Tur, Hernán Lino y Víctor Morillo, que en dos ocasiones en menos de un minuto armó la pierna para poner a prueba a Javi López. Al tercer intento llegó el 1-0. Lino dejó a Morillo para que éste soltara con su zurda un chut imposible para el portero del Villarrobledo.

La ventaja obligaba a los albaceteños a dar un paso al frente pero se producía más por los fallos de los 'yogurines' que por méritos propios. De hecho, un mal despeje de Saturday estuvo a punto de meterse en su propia portería de no ser por la intervención de Cristian Arco. Los últimos instantes hasta el descanso fueron de control del balón de los visitantes pero muy lejos de llegar con intenciones de empatar porque la incapacidad era enorme una vez alcanzada la zona de tres cuartos.

De esa forma y con el 1-0 se llegó al final de un primer periodo malo y aburrido en líneas generales en el que lo mejor para el Cádiz B había sido el golazo de Víctor Morillo, el mejor de su equipo hasta ese instante.

El guión de partido feo no se perdió en la segunda parte y amarillos y blancos aburrían a las ovejas; lógicamente que el tiempo transcurriera con el 1-0 era más perjudicial a un Villarrobledo que empezó a mover el banquillo. También lo hizo el filial retirando a un apagado Lino para que ingresara en el juego Nieto. El encuentro se desarrollaba sin acercamientos a las áreas y con demasiadas interrupciones en el cuerpo a cuerpo. Para colmo de horrores, una contra excelente de los cadistas lo cortó involuntariamente el árbitro cuando el balón llegaba a Nieto, que se metía solo hasta la cocina.

Con el ecuador del segundo tiempo encima, avisaba Pablo García con un centro-chut que pudo ser una bomba si Agus Alonso hubiera desviado con la punta de la bota. Eran muestras leves de un querer y no poder ni saber para comprometer la tarde a los propietarios del campo. Tampoco estos anduvieron finos en la salida rápida ni en la circulación, lo que hacía presagiar de manera permanente que si no cerraban el partido… ya se sabe, podía pasar cualquier cosa.

Con el rapidísimo Isma Lohoba sobre el césped, el Villarrobledo aumentó el número de efectivos en ataque y elevó un punto su velocidad a la hora de conducir el esférico al terreno rival. Uno de esos ataques acabó en un centro pasado de Pablo García que cabeceó Rubén Sánchez fuera con todo a favor.

Ese empuje ofensivo dejaba espacios atrás como el que encontró Nieto, quien en dos ocasiones puso a prueba a un Javi López que respondió con veteranía. Un posterior balón colgado no lo alcanzó por poco Víctor Morillo. Lo cierto es que con 15 minutos por jugar más la prolongación, el Cádiz B se metió por momentos muy cerca de su portero, lo que daba muchos metros al rival para cargar sus tímidos ataques.

El tramo final trajo un error en el despeje de Javi López que Jordi Tur, desde unos 30 metros, lanzó sin portero y el balón golpeó en el travesaño, así como el lanzamiento de falta de Montero que despejó Cristian Arco cerca de la escuadra. De infarto la cesión con la cabeza de Saturday con Cristian fuera de sitio que casi acabó en empate. Ahí finalizó todo después de un partido 'cortito' en el que lo mejor fue la victoria del Cádiz B.

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