Cádiz CF

El día que el Cádiz pudo fichar a José Antonio Reyes

  • El club barajó en 2017 la incorporación del desaparecido atacante sevillano, descartado porque no encajaba en los esquemas de Cervera

José Antonio Reyes quiso vestir de amarillo hace dos temporadas.

José Antonio Reyes quiso vestir de amarillo hace dos temporadas.

Ha querido el destino, maldito destino, que el Cádiz se haya convertido en actor protagonista de la última película de la vida de José Antonio Reyes, futbolista sevillano de 35 años que perdió la vida en accidente de tráfico el pasado sábado cuando regresaba a su Utrera natal después de quedar descartado para el encuentro que disputaba el domingo su último equipo, el Extremadura, precisamente en el Ramón de Carranza.

Casualidades de la vida, resulta que precisamente el conjunto gaditano pudo ser su casa en 2017, cuando el jugador aprovechó la amistad que le unía con el presidente de la entidad cadista, Manuel Vizcaíno, para contactar con él y dejarse querer.

El ex atacante del Sevilla, Real Madrid y Atlético de Madrid, entre otros, acababa de terminar contrato con el Espanyol, que no le había renovado, y buscaba prolongar su carrera futbolística en un equipo con nombre, con aspiraciones, pero también, y no menos importante, pretendía quedarse lo más cerca posible de los suyos.

En realidad, desde que en 2003 abandonó el Sevilla, traspasado al Arsenal, Reyes siempre echó de menos su tierra, la cercanía de su familia, su gente. Esa añoranza, sin duda, precipitó su regreso a la Liga. Primero en la élite, en los dos representantes más laureados de la capital de España, entre 2006 y 2011, con una cesión por medio desde Manzanares al Benfica. Y luego, bajando acaso un peldaño con la anhelada vuelta a su Sevilla, en el que permaneció hasta 2016.

El caso es que José Antonio Reyes pretendía seguir jugando al fútbol profesional y vio como una opción a tener en cuenta la del Cádiz, que había completado una gran campaña en su regreso a Segunda, disputando incluso la fase de ascenso a Primera División.

Vizcaíno, que jura y perjura que jamás se ha metido en la confección de la plantilla, trasladó al entonces director deportivo, Juan Carlos Cordero, el interés del utrerano. Y Cordero, consciente de la calidad del jugador pero también de las necesidades que había que cubrir en el plantel, confirmó con el entrenador, Álvaro Cervera, lo que sospechaba. No había hueco para un futbolista de su perfil en los esquemas del técnico.

Tras la negativa cadista, Vizcaíno recomendó a Reyes que probara fortuna en China. No le hizo caso de inmediato. Antes, con el curso ya empezado, se enroló en el Córdoba. Y después, ya en el Xinjiang Tianshan, apenas aguantó unos meses. Demasiada distancia. Esta campaña aprovechó el ascenso del Extremadura para firmar y quedarse a apenas dos horas de su casa. Un camino con triste final.

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