El Cádiz CF había ofrecido buenas sensaciones en la recta final de la primera parte. Estaba acorralando al Getafe en busca del tanto del empate hasta que el pitido del colegiado que decretó el intermedio frenó el ímpetu. Fueron instantes que abrieron una ventana a la esperanza para poder optar a la obtención de un resultado positivo en el Coliseum Alfonso Pérez.

Parecía que el conjunto amarillo iba a dar un paso adelante una vez superado el descanso, pero en lugar de avanzar lo que hizo fue retroceder en su juego hasta acabar sufriendo una vergonzosa una goleada ante el colista.

El Getafe había marcado sólo seis goles los 13 partidos y el Cádiz CF recibió cuatro de una tacada. Toda una señal de lo mal que lo hizo la escuadra gaditana. Una tarde para aprender y que no vuelva a suceder.

El primero tanto, en el minuto 7, marcó el desarrollo del partido y los tres siguientes llegaron en una segunda mitad de absoluto desastre. Los errores salieron a flote y los aciertos quedaron sepultados por la sombra agigantada de la inoperancia.

Y es que el equipo se descontroló por completo en los segundos 45 minutos, los definitivos, en los que la balanza se inclinó de manera clara hacia los locales. Mérito de los azulones y demérito de los amarillos.

El caos se apoderó del Cádiz CF tras el descanso que, números en mano, le vino fatal. Cervera quiso tocar y lo que tocó causó un estropicio, como frecuentes movimientos de jugadores de un sitio a otro mientras el bloque se descompuso. Un desaguisado continuo que ya no tuvo solución.

El reflejo más sintomático del desbarajuste tuvo el epicentro en el lateral derecho. Hasta cuatro jugadores llegaron a ocupar esa posición. Primero, Iza Carcelén en la formación inicial. El portuense se quedó en el vestuario tras el intermedio y Fali comenzó el segundo periodo en ese puesto que no va con sus características.

El valenciano pasó poco después al centro del campo (aunque acabó a atrás en los últimos minutos) y el que se colocó en el flanco de la zaga fue Iván Chapela.

Poco duró también el chiclanero en ese emplazamiento, que también se movió como extremo derecho y después izquierdo.

El siguiente en ubicarse en lateral derecho fue Álex Fernández en medio del caos en el que se había convertido el equipo, que no mostró capacidad para armar un ataque en condiciones (salvo con alguna acción habilidosa de Álvaro Jiménez) y con agujeros en la parte trasera.

El bloque se resquebrajó con tanto movimiento. Todo en una segunda parte candidata a ser de las peores del Cádiz CF en mucho tiempo.