Cádiz CF

El Cádiz CF hace el ridículo en Getafe (4-0)

  • El equipo amarillo, desastroso, ofrece la peor versión en mucho tiempo y es goleado por el colista

Alberto Perea es seguido por Damián Suárez.

Alberto Perea es seguido por Damián Suárez. / Mariscal/Efe

Qué mal le sentó al Cádiz CF el tercer parón liguero. Como en los dos anteriores, retomó la competición con derrota y, lo peor, con la mala versión que había ofrecido en el inicio de la temporada. Los brotes verdes que mostró en Bilbao quedaron aplastados a las primeras de cambio.

El colista no pareció el Getafe sino un equipo amarillo blando atrás y sin pólvora arriba, que además siempre fue cuesta arriba y además cayó con estrépito ante un rival directo en la lucha por la permanencia. 4-0 es un resultado demasiado abultado que refleja la debilidad de un equipo desastroso en las dos áreas.

El Cádiz CF fue engullido de principio a fin, sobre todo en la segunda mitad, en la que en lugar de reaccionar se hundió. Ni siquiera aprovechó su momento en la recta final de la primera parte. No funciono el centro del campo, el ataque y mucho menos la defensa. Recibió nada menos que tres goles de cabeza ante un rival que sólo había marcado seis tantos en las 13 jornadas anteriores. Toda una de señal de falta de concentración que enseña el camino hacia el abismo si no hay enmienda.

No era el partido idóneo para perder de esa manera. Si no da la talla ante adversarios de la zona baja, apaga y vámonos. El caladero de puntos se reduce y el coqueteo con el descenso se recrudece.

Los compases iniciales se alejaron bastante de las señales de recuperación que había dado el equipo antes del parón liguero. Los amarillos, con un 4-4-2, salieron aletargados, superados en todas las acciones y con enorme sufrimiento para contrarrestar el 5-3-2 de los locales. Los de casa pusieron más ganas en el arranque.

La notoria diferencia de intensidad no tardó en deparar consecuencias negativas para los foráneos, merecedores de un castigo en forma de gol.

Los azulones apretaron de lo lindo con laterales convertidos en extremos, y entre ellos fabricaron el 1-0 en el minuto 7. Damián Suárez centró desde la derecha al interior del área y Oliverá llegó desde la izquierda para imponerse en el salto a un Iza Carcelén algo pasivo y poner el balón en la portería lejos del alcance de Jeremías Ledesma con un certero cabezazo.

El Cádiz CF se lo tomó con calma pese a verse por debajo en el marcador, pero ese tempranero tanto fue el que condicionó el desarrollo del partido. Le costó entrar en materia, fue poco a poco, con timidez y alguna aproximación sin premio.

Iza Carcelén y Alberto Perea lo intentaron sin éxito con disparos que no encontraron puerta (en los minutos 10 y 20), un flojo testarazo de Álvaro Negredo (en el 22) acabó con el esférico en las manos de David Soria y un centro de Espino (en el 23) hizo que el balón se paseara junto a la portería sin un aliado.

Empujados por la necesidad, los de Álvaro Cervera se hicieron con los mandos aunque con dificultades para hacer daño a un rival ordenado que se echó atrás con el paso de los minutos. El balón llegó al área contraria pero faltó definición. La ocasión más clara de la primera mitad la tuvo Salvi a la media hora con un zurdazo abortado por el arquero local.

Las intentonas de los visitantes se estrellaron contra la poblada defensa azulona. Y eso que buscaron con ahínco el empate antes del intermedio. Lo mereció pero le faltó el golpe definitivo.

El asedio de los gaditanos fue agobiante con la aparición de los hombres de ataque. El gol se resistió, el Getafe se sintió cómodo en su parcela y no porque no insistió un Cádiz CF que se marchó al descanso en desventaja pero con la sensación de que iba a más.

Cervera tomó medidas radicales y hasta extrañas. Dejó en la caseta a los jugadores de la derecha, Iza y Salvi, y dio entrada a Fali e Iván Chapela. Lo raro fue que Fali, que no es precisamente veloz, se ubicó como lateral aunque el experimento sólo duró diez minutos al pasar después a la media y el propio Chapela al lateral cuando ingresó en el campo Álvaro Jiménez.

Hubo un cuarto inquilino en el lateral derecho, Álex Fernández, en pleno descontrol táctico de un equipo que se descompuso por completo tras recibir el segundo gol. Los cambios no surtieron efecto. Ninguno de los cinco. El equipo perdió la brújula.

El primero en avisar en la reanudación fue el conjunto madrileño con un misil de Aleñá desde la frontal del área que desvió Haroyan. Después fue Sandro el que disparó con parada de Ledesma. Todo ello en el inicio de una segunda parte nefasta para un Cádiz CF de nuevo adormecido, sin enterarse de qué iba la película.

Las opciones de sacar algo positivo se fueron a garete antes de la hora de partido ya través de un error imperdonable. Uno más a balón parado. En el minuto 59, esférico colgado al área cadista en el saque de una falta lejana, fallo en el marcaje de Chapela y Cuenca, sin oposición, alojó el balón en la portería con un fuerte testarazo.

El 2-0 se convirtió en todo un Everest para un Cádiz CF descosido, sin saber a qué atenerse, incapaz de generar ocasiones y con el riesgo de sufrir una goleada.

Las mínimas posibilidades quedaron a expensas de la habilidad de Álvaro Jiménez, que llevó el cuero hasta el poste con un centro en el minuto 75. Poco más hicieron los amarillos ni con la presencia de Choco Lozano en la recta final.

Por si queda alguna duda, el tercer gol y partido cerrado. De nuevo tras un acción a balón parado. Saque de esquina, segunda jugada, centro de Maksimovic y Enes Unal, más solo que la una en el corazón del área, cabeceó al fondo de la portería. Corría el minuto 80 y el martirio aún no había finalizado.

En el 94, en pleno alargue, Jaime Mata empaló el balón y con un golazo, el cuarto de la tarde, acabó de rematar a un Cádiz CF que hacía tiempo que había bajado los brazos.

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