Al Cádiz CF sólo le hacen goles de penalti

El Cádiz CF no está teniendo suerte en los últimos tiempos. Tampoco acierto para dar pasos largos en su desesperada carrera por la permanencia. Sin victorias es imposible optar al objetivo. Le falta dar continuidad al verbo ganar de manera urgente.

Y el equipo no enlaza triunfos porque siempre pasa algo que lo impide. Tras vencer (0-2) en el terreno del Levante (la primera y única victoria de momento con Sergio González en el banquillo), sufrió el duro revés (2-1) en Mallorca y se quedó corto en casa con un par de empates consecutivos frente al Celta de Vigo (0-0) y el Getafe (1-1).

Uno de los problemas que frenan el avance del Cádiz CF son los penaltis. Cuatro en contra en los últimos tres partidos: dos ante el Mallorca, uno frente al Celta y otro contra el Getafe.

Una cifra récord que demuestra que además de enfrentarse a los rivales se topa con el obstáculo de los arbitrajes perjudiciales.

De los cuatro penaltis sufridos en febrero, tres no lo fueron y el único que sí existió fue el de mano de Negredo en el choque ante el cuadro madrileño señalado por Javier Alberola Rojas. El colegiado nunca se equivoca a favor de los gaditanos.

Antonio Mateu Lahoz se excedió al considerar penalti un leve contacto entre Ledesma y Santi Mina en el duelo ante el conjunto gallego. El portero evitó el gol en el posterior lanzamiento desde los once metros.

Y Carlos del Cerro Grande machacó a los gaditanos con dos penas máximas en Mallorca que sólo existieron en su mente, la del mínimo roce de Iván Alejo a Brian y la de la salida de Ledesma con la rodilla elevada como medida de protección. Un escándalo de graves consecuencias. De poder ganar a perder frente a un rival directo.

La cuestión es que el Cádiz CF recibió tres goles en los últimos cuatro envites y todos esos tantos llegaron desde el punto fatídico. Al Cádiz CF sólo le hacen goles de penalti en el último mes: los dos que marcaron los bermellones y el que transformó Borja Mayoral para los getafenses.

Los amarillos no ganan partidos pero sí aumentan su fiabilidad defensiva en tiempos recientes con la tarea pendiente de extremar las precauciones en su área defensiva. Ya saben que a la más mínima el árbitro no dudará el adversario de turno tendrá la oportunidad de lanzar un máximo castigo.