Los usuarios de Abaniko vuelven al colegio Campo del Sur de Cádiz
El alcalde se comprometió el jueves a buscar una solución para la asociación, que había sido expulsada por Educación de la Junta del centro público donde estaban de manera temporal, mientras no tiene su sede definitiva
La asociación Abaniko de Cádiz, de personas con discapacidad intelectual, sin sede
Aunque la situación vivida el jueves, durante el Pleno ordinario de septiembre con las protestas de las trabajadoras del servicio de Ayuda a Domicilio, fue un tanto complicada, el alcalde de Cádiz se comprometió con Abaniko, protagonista de uno de los puntos de urgencia de la sesión, a buscar una solución para la sede de esta asociación formada por familias y personas con discapacidad intelectual. Una entidad que venía desarrollando su trabajo en el colegio público del Campo del Sur, del que fue expulsado por la delegación de Educación de la Junta de Andalucía, que alegaba incompatibilidad con el reglamento de la ocupación externa de los centros educativos públicos. Afortunadamente, la situación ha podido encaminarse y la actividad de la entidad se ha retomado este lunes en el colegio gaditano.
Hay que recordar que durante el pasado mes de julio, el Ayuntamiento de Cádiz, representado por el concejal de Asuntos Sociales, Pablo Otero, y la anterior delegada de Educación de la Junta, alcanzaron un acuerdo con la asociación para renovar su estancia en el Campo del Sur mientras que la sede permanente prometida a Abaniko, en Telegrafías Sin Hilos, no estuviera lista. Sin embargo, a los usuarios se les negó el regreso al centro educativo este curso, que han tenido que iniciar de forma provisional en la Casa de la Juventud, un enclave que, como explicaron durante el Pleno las representantes de la organización, no cumple con los requisitos para ofrecer un servicio adecuado a los alumnos.
Fue Adelante Izquierda Gaditana el partido que llevó estas reivindicaciones a la sesión plenaria de septiembre, cediendo su exposición a las representantes de Abaniko que lamentaron que a las familias y algunos usuarios, que habían acudido al Ayuntamiento para presenciar el debate, se les impidió el acceso al Salón de Plenos todavía lleno por la presencia de las trabajadoras de Ayuda a Domicilio y con un tenso y caldeado ambiente quizás nada beneficioso para algunos de los alumnos.
Con todo, y al quedarse los usuarios y familias a las puertas de la Casa Consistorial, al terminar el Pleno el alcalde, al que se le informó de la situación, quiso recibir a los miembros de Abaniko, hablar con ellos, escucharlos y comprometerse a haría todo lo posible para que regresaran al colegio del Campo del Sur, mientras que se termina de adecuar su sede definitiva. Hecho que se ha consumado este lunes 29 de septiembre cuando el curso se ha vuelto a iniciar en el centro eductivo gaditano a través de un acuerdo verbal.
Los argumentos de Abaniko
Mariángeles y Begoña, representantes de la asociación que lleva en activo 15 años, explicaron al equipo de Gobierno durante el Pleno la necesidad urgente de contar con una sede permanente para el bienestar de sus usuarios. Así argumentaron que muchas de las personas con discapacidad intelectual tienen dificultades ante los cambios -"si para cualquier persona un cambio provoca nerviosismo, en muchos de estos casos se traduce en angustia, irritabilidad, problemas de sueño y de comportamiento"- y la necesidad de "crear rutinas", de contar con "referentes como cartelería" para el aprendizaje y de "capacidad de anticipación".
"Sólo un ejemplo, una nueva alumna que conoció en junio las instalaciones del Campo del Sur, cuando en septiembre fue a la Casa de la Juventud dijo que eso no era Abaniko. Un profesional, de los dos que tenemos en el grupo de inserción, tuvo que estar con ella una hora en el patio para tranquilizarla y durante hora y media fue incapaz de mirar a los compañeros y de estar atenta en clase", explicaron las representantes sobre la importancia de que estas personas tengan "un lugar propio para llevar una formación adecuada y sin incertidumbres".
La Casa de la Juventud no ofrecía una solución ya que cada día cambiaban de aula, no siempre se contaba con los mismos elementos en la clase, había que traer y llevar material, y al ser un centro con bastante vida "se suelen celebrar eventos con el consiguiente ruido y movimiento de personas".
En el Campo del Sur, Abaniko ha ejercido su labor en estos 15 años, y aunque tampoco se cuente con una situación ideal, los usuarios conocían ya el centro. La sede permanente que se les prometió, un local de unos 190 metros cuadrados en Telegrafías Sin Hilos, necesita de una adecuación, arreglo, desalojar material de obra y desratización, según fueron enumerando las representantes de la asociación que saben que todas estas acciones llevan su tiempo. Además, esperan que la cesión se materialice con un convenio que les dé seguridad "y no tenemos por qué escuchar que somos unos okupas o unos instruistas", calificativos con los que, aseguran, han sido tachados desde la Administración regional.
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