El proyecto del nuevo contrato de autobuses urbanos elaborado por el gobierno de José María González, Kichi, preveía una subida de las tarifas del 20%, teniendo en cuenta el coste del servicio y que los billetes se mantenían estables desde hace una década.

Curiosamente ahora, ya en la oposición, Adelante Cádiz ha propuesto mantener la tarifa en 35 céntimos, que es lo que cuesta el billete ordinario mediante el bonobús gracias a la norma estatal de apoyo al transporte público, que comparten Junta y Ayuntamiento.

Asumiendo que esta ayuda desaparecerá en su momento, todo hace suponer que las tarifas tendrán que ir actualizándose. El teniente de alcalde de Movilidad, José Manuel Cossi, asume que es una medida complicada de cara al ciudadano “sobre todo cuando se ha acostumbrado a pagar los 35 céntimos (1,10 euros si se paga en efectivo)”.

Con todo, mantener este coste acaba costando dinero al contribuyente de la ciudad, utilice o no el autobús, vía impuestos que sirven para pagar el déficit de explotación de la concesionaria.

Tiene claro Cossi que “hay que mejorar el servicio, sin volvernos locos, y respetar el bolsillo del ciudadano”.

En el proyecto inicial, ahora en fase de análisis por el nuevo gobierno local, se preveía un coste global del contrato, con doce años de vigencia, de 194 millones de euros (sin IVA), situándolo como el segundo contrato más caro de los servicios público que se dan en Cádiz, tras el de la limpieza urbana. Sólo renovar la flota de autobuses supondría un coste superior a los 20 millones de euros.