Cádiz

Hay 175 solicitantes por cada vivienda de García de Sola

  • La promoción de pisos protegidos de Procasa fulmina todos los récords de convocatoria y cierra con 6.297 familias que se postulan para comprarlos

6.297

Batió el récord. La promoción de 36 pisos de Procasa en García de Sola se ha convertido en la más solicitada de las realizadas en la capital gaditana con 6.297 peticionarios. Atrás quedó la cifra hasta ahora más alta de 5.494 solicitudes para las 365 viviendas de Astilleros y Puntales en el 99.

La cifra registrada ayer, último día de plazo para pedir los pisos, vuelve a poner de manifiesto la necesidad de vivienda existente en la capital gaditana. Con 175 aspirantes a cada uno de estos pisos baratos las posibilidades se diluyen hasta tal punto que el sorteo bien podría organizarlo la Organización Nacional de Loterías y Apuestas del Estado.

Más de uno se acordó ayer de la bonoloto y similares tras entregar su solicitud. El día amaneció con poca cola -tan sólo había dos ó tres madrugadores esperando cuando Procasa abrió a las ocho y media de la mañana- y registró una constante afluencia de gente que de vez en cuando llegó en "marejadas" según la descripción del personal de Procasa que ayer atendía a los solicitantes. Pero no había atascos gracias en buena medida a que el papeleo se limitaba a la entrega de la solicitud cumplimentada. Procasa sólo exigirá los papeles que demuestren los datos expuestos a aquellos que resulten agraciados en el sorteo que se celebrará en noviembre.

No hubo atascos pero sí dudas, especialmente por la terminología de los parámetros económicos como Iprem o ingresos netos, algo que se ha repetido durante el último mes, un abril muy intenso en Procasa ya que por cada solicitante viene a haber dos o tres visitas al mostrador: para recoger el papel, para consultar dudas y para entregarlo, a lo que se suman aquellas personas que se interesaron y tras comprobar que no cumplían los requisitos no formalizaron la solicitud.

Entre la gente que sí lo hizo está Silvia Montiano, de 30 años. Tiene dos hijos y vive de alquiler en una casa del casco antiguo, por la que paga 320 euros mensuales. Es la tercera vez que pide un piso público. Se presentó a dos convocatorias de viviendas para jóvenes de Procasa y lo máximo que consiguió fue quedar la sexta reservista en una de ellas. Ahora opta por el cupo de minusválidos (dos viviendas de las 36) por su hijo de dos años, que es también el principal motivo de esta madre para cambiar de vivienda a otra casa a la que sólo le pide que no tenga humedad. Para ella comprar cubriría la necesidad de estabilidad que no dan unos contratos de arrendamiento que caducan cada cinco años.

David Herrera sólo pudo presentarse una vez a la convocatoria de pisos para jóvenes, justo antes de cumplir los 35. Ahora tiene 38 y un piso de alquiler de dos dormitorios en La vida breve donde vive con su pareja y la hija de ambos. Paga 425 euros que están a punto de convertirse en 475. "Cada mes le pago el piso entero a la dueña, porque le costó 65.000 pesetas hace veinte años". Herrera hubiera preferido que la convocatoria no estuviera abierta a todo el mundo, sino que se hubiera hecho una limitación -tal y como se hace con la edad en las promociones para jóvenes- para las familias con hijos, las que más pueden necesitar un techo.

Para Susana, con 27 años, conseguir este piso significaría emanciparse; para ella, la austeridad del papeleo y que no hubiera colas (esperó dos horas para presentar la solicitud de pisos de la Junta) ha sido una bendición, ya que se enteró ayer mismo de la convocatoria de vivienda.

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