El SAS ficha a una dietista y apaña el reparto de comida en el Puerta del Mar de Cádiz
Los sindicatos temían que mañana sábado se volviera a repetir la misma imagen de los pasillos del Puerta del Mar llenos de carros de bandejas
Una única persona ha llegado a tener que supervisar hasta 600 bandejas, una a una
Las bandejas de comida se colapsan en el Puerta del Mar de Cádiz
La insistencia de los sindicatos ha provocado que la Dirección del hospital universitario Puerta del Mar ponga pie en pared a tiempo para así evitar que este sábado que viene se volviera a repetir la desagradable imagen de los pasillos del centro sanitario con decenas de carritos de comida por medio sin recoger.
Era una imagen vergonzosa pero más lo era el hecho de que más de seiscientos pacientes del hospital gaditano recibieran su alimentación hasta con dos horas de retraso. Eso ocurría la semana pasada, cuando la baja de una dietista y la no sustitución de la misma por parte de la Dirección del Puerta del Mar provocó que las personas ingresadas recibieran sus cenas con bastante retraso. Pero parece que el problema se ha solucionado con la simple contratación de una dietista más para cubrir el déficit que se ha dado estos días que ha llevado a estas situación.
Ayer mismo, Nieves Perdigones, delegada sindical en el Puerta del Mar comunicaba a este periódico que la normalidad retornaba a las cocinas del hospital universitario gaditano. Con gran alegría, la representante sindical indicaba que la situación se normalizaba con esta contratación. Cabe recordar que la situación se genera por culpa de que dos de las nutricionistas del hospital tienen concedida una reducción de jornada por temas de conciliación. Esta reducción debería haber venido acompañada desde el mismísimo momento en el que fue concedida de la contratación de otro profesional que compensara la reducción horaria de las dos dietistas.
Pero no fue así, sino que ya el servicio quedaba mermado y si ya, para colmo, se daba una baja de una de las dietistas eso significaba que por la tarde se quedaba tan sólo una persona al frente del servicio. Es decir, si existían dos cintas para la distribución de comida y por cada una de ellas pasaban en torno a trescientas bandejas de alimentos, ante la falta de una de estas especialistas se optaba por paralizar una cinta.
Eso conllevaba que una única dietista tenía que abrir, de una en una las cerca de seiscientas bandejas de alimentos que le pasaban por delante para así velar por que cada enfermo recibiera en su habitación la comida adecuada a sus dolencias y con la higiene adecuada.
Evidentemente, si lo habitual era que los pacientes cenaran habitualmente sobre las ocho y media, la semana pasada se dieron varios días en los que las cenas llegaron a los enfermos sobre las diez o diez y pico de la noche. Y, no siendo eso suficiente, a la vista de que hay enfermos a los que les llega de manera simultánea la cena con sus tratamientos médicos de por la noche, ya que, muchos de ellos, deben tomarse de manera conjunta con la cena.
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