El Puerto de Tarifa era en la tarde de ayer una marea de mantas rojas. Eran el reflejo de un día intenso en el Estrecho de Gibraltar, en el que un viento de poniente y el buen tiempo se traducían en el rescate de 471 personas a bordo de 57 pateras. Un día también negro, porque otros cuatro migrantes fueron hallados muertos cuando intentaban alcanzar la soñada Europa.

En solo once horas (entre las 7:00 y las 18:00) Salvamento Marítimo rescató a casi medio millar de personas en las aguas del Estrecho. Siete embarcaciones de este servicio se afanaron durante todo el día ante los múltiples avisos recibidos de pateras, recogiendo a sus ocupantes, trasladándolos a puerto y volviendo a salir en busca de más. Así hasta cubrir los 57 avisos (a los que se sumaron otros de embarcaciones cercanas a Marruecos de las que se hizo cargo el país vecino). El helicóptero Helimer 202 y otro del Ejército del Aire se sumaron al dispositivo de búsqueda.

En el Mar de Alborán la situación también fue crítica durante todo el día. Al caer la noche se habían interceptado cinco pateras con 211 personas, entre ellas dos bebés. Cuatro embarcaciones y un avión del Ejército del Aire se afanaron durante toda la jornada y por la tarde dos de ellas aún buscaban otras seis pateras entre la niebla, que dificultaba la visibilidad en la zona.

En total, 682 personas en una jornada; como dato comparativo, hasta el 31 de mayo habían llegado a las costas españolas 7.507 migrantes (la mayoría a la comunidad andaluza). Se suman a las 74 rescatadas en el Estrecho el jueves, 89 el miércoles, 71 el martes...

Estas casi 700 personas, más de un buque Aquarius, llegan a una Andalucía que ya tiene sus recursos de acogida más que sobrepasados. En las últimas semanas ONG, sindicatos y la propia Administración andaluza han advertido de los problemas para atender a todas las personas que llegan. En el caso de Cádiz, ni el Centro de Internamiento de Extranjeros de Algeciras y Tarifa ni las dependencias policiales tienen capacidad para albergar a este contingente de personas; los centros para menores no acompañados llevan semanas con colchones por el suelo para hacerse cargo del triple o el cuádruple de menores de la capacidad que tienen.

Ayer esa escasez de recursos se hizo más patente. Los migrantes que iban llegando hasta Tarifa eran atendidos por una veintena de voluntarios de Cruz Roja, así como mediadores, enfermeras y técnicos (muy lejos de la cifra de mil que asistirán al Aquarius). Hasta 332 contabilizaron hasta las 18:40, entre ellos tres embarazadas que fueron trasladadas a centros sanitarios y dos niños pequeños. Otras nueve personas tuvieron que ser llevadas a centros sanitarios por diversas cuestiones, mientras en el Puerto se atendían lesiones, cortes, mareos y otras patologías leves. A todos se les proporcionaron las reconocibles mantas rojas, ropa seca y alimentos para estabilizarlos después del viaje.

La organización prevé movilizar al voluntariado de toda la provincia en caso de que sea preciso reforzar el equipo para nuevas atenciones. También enviará refuerzos la Policía Nacional, que se vio obligada a habilitar un espacio en el Puerto de Tarifa ante la imposibilidad de trasladar a dependencias policiales de la zona a esa cantidad de migrantes.

Habitualmente las personas rescatadas en aguas del Estrecho, tras recibir una primera asistencia a su llegada a puerto por efectivos de Cruz Roja, son conducidas a dependencias policiales para iniciar los expedientes por infracción administrativa de la Ley Orgánica sobre Derechos y Libertades de los ciudadanos extranjeros, ya que carecen de los requisitos legales para estar en España. Permanecen en los calabozos de las comisarías un máximo de 72 horas, durante las que comparecen ante el juez para que se dictamine su internamiento o puesta en libertad. De ahí pasan al CIE o se ponen a disposición de ONG de atención a migrantes. Pero ante momentos de colapso, ese protocolo varía; a finales de mayo, con los calabozos de las comisarías desbordados y los recursos de acogida de las ONG llenos, los migrantes empezaron a quedar en libertad transcurridas las 72 horas sin apoyo alguno. Ayuntamientos y organizaciones tuvieron que habilitar una asistencia de urgencia. Y esa circunstancia ya se ha dado en ocasiones anteriores.

Ayer ni siquiera se pudo trasladar a la cantidad de personas llegadas a las comisarías de la provincia, por lo que la Policía Nacional decidió arbitrar un recurso especial en el mismo Puerto. Ya en 2014, ante otra llegada masiva, se estableció en un pabellón de Tarifa un centro de atención para emprender los trámites habituales. Por ello agentes de la Policía Nacional se desplazarán a la localidad, para formar parte de este dispositivo especial, aseguraron fuentes policiales a Efe.

Aparte de la atención a personas rescatadas Cruz Roja ha habilitado un dispositivo en el centro deportivo Elcano de Cádiz para la acogida temporal de 23 migrantes llegados días atrás.