El puerto de Cádiz busca calidad y cantidad
Cádiz empieza a consolidarse entre las navieras de cruceros de lujo que buscan la exquisitez no sólo en el buque sino también en el destino
Cádiz recibe 15 millones de euros de Europa para la nueva terminal de contenedores
El puerto de Cádiz anuncia 330 escalas de cruceros para 2023
Llegó el Covid y el mundo se congeló. En tierra y en altamar. Cientos de cruceros quedaron sin rumbo y sin puerto en el que atracar. Nadie quería recibir a los buques que quedaron atrapados en el tiempo por el virus mientras, cargados de turistas, llevaban a cabo sus idílicos itinerarios.
Pasó el coronavirus y el sector no tuvo más remedio que reflexionar. Muchos de los buques de las grandes navieras del mundo fueron enviados al desguace, otros fueron reconvertidos, mientras que las compañías reordenaban sus staff y repensaban qué hacer y si aprovechar el paréntesis que sobrevino con el virus para reinventarse y para buscar nuevos nichos de mercado y abrir sus itinerarios a nuevas rutas, abriéndose así grandes oportunidades para muchos puertos que nunca creían que iban a ver entrar en sus bocanas a un crucero.
Tras esta pausa impuesta por la naturaleza, que parecía necesitar un respiro, cuando todo parecía reactivarse, el sector de los cruceros, tras su dura experiencia y tras haberse convertido en muchos de los casos en auténticos buques fantasmas que vagaban por los mares sin derrota fija, ha sido el último al que se le ha levantado la veda. Se empezó sólo por autorizar sólo las rutas nacionales. Nadie quería ver llegar a sus puertos buques de banderas que no fueran las de su país.
Pero lograron aguantar el tirón. Muchas navieras desaparecieron y otras han surgido, mientras otras se han reforzado copando más espacio en la tarta de un sector que sigue teniendo un público fiel y que ha sabido olvidar pronto el Covid. Sobre todo porque sabe que ha sido un sector que se ha tomado muy en serio las medidas contra el Covid y que no ha dudado ni un instante que si tenía que habilitar una de sus cubiertas sólo para posibles contagiados, lo haría.
Tanto es así que no será hasta el año que entrará en cuestión de menos de cien días cuando los cruceros empiecen a ofrecer la totalidad de sus plazas y camarotes a sus clientes, dejando atrás la reserva de espacios para posibles brotes a bordo que pudieran poner en peligro la supervivencia de su pasaje y de la economía de la naviera.
Ahí Cádiz ha seguido aprovechando su situación geoestratégica, a caballo entre el Atlántico y el Mediterráneo y entre el continente europeo y el africano con las mejores y más directas comunicaciones marítimas con el continente americano. Cádiz seguía siendo el primer puerto que veían los vigías de los cruceros cuando gritaban tierra tras recorrer cientos de millas para cruzar el Atlántico.
En un primer período, tras apaciguarse el Covid, está terminando un año con las miras puestas en el desarrollo y en el arranque de la nueva terminal de contenedores y en la consolidación de los tráficos de cruceros que en poco tiempo darán la bienvenida a un año que se avecina histórico en cuanto al número de escalas.
La Autoridad Portuaria de la Bahía de Cádiz (APBC) anunciaba hace unos días que el puerto gaditano tiene prevista actualmente 330 escalas de crucero para 2023, sin que en esta previsión estén contabilizadas las paradas del mini crucero de lujo Belle de Cadix, que viene haciendo unas cuarenta escalas al año.
De ahí que se presenta como un año histórico en el que la presidenta de la APBC, Teófila Martínez, y su equipo directivo, tienen el punto de mira en en buscar la manera de conjugar el aumento del número de atraques, el intento de buscar líneas que apuesten por Cádiz como puerto base, al menos parcial, con la consolidación de las medidas que hagan que el puerto de Cádiz sea uno de los puertos más preocupados por su sostenibilidad y por la convivencia con su entorno.
Así, Teófila Martínez tiene ya avanzados sus planes para impulsar la primera fase del proyecto de electrificación de sus muelles para intentar que los cruceros apaguen sus motores y eviten las emisión de “malos humos”, a la vez que está pendiente de lo que se pueda ir haciendo para montarse en el tren de la sostenibilidad cuando el gas Natural Licuado o el hidrógeno se conviertan en los combustibles que hagan del sector un sector más amigable con el medio ambiente.
Mientras tanto, Cádiz sigue consolidándose como uno de los puertos que, de manera más veloz, está aumentando el número de escalas de cruceros. De la mano de este aumento llega el crecimiento de los ingresos por parte de la APBC, lo que le permitirá invertir en planes e infraestructuras.
Los datos ofrecidos por la APBC preven 330 escalas de cruceros, a los que habría que sumar, como siempre se ha hecho, las del crucero fluvial La Belle de Cádiz, consignado en Cádiz por Lamaignere. A la vista de los listados que la Autoridad Portuaria ha dispuesto ya en su página web, los meses en los que Cádiz recibirá un mayor número de buques turísticos, siguiendo la tónica habitual, serán los meses de abril, octubre y noviembre, con 43, 48 y 57 escalas respectivamente. Las 185 escalas restantes se distribuirán a lo largo del año, siendo los meses “peores” los de diciembre, enero, febrero y marzo que es cuando los cruceros se posicionan en el Caribe.
Lujo contra la estacionalización
Es en esa estacionalización del sector donde se encuentra otro espacio en el que poder crecer y para ello se piensa en establecer contactos con navieras dedicadas de manera casi en exclusiva a los cruceros premium o de lujo. Este es un mercado en el que las esloras y los calados no son ya un problema para los puertos que, como el de Sevilla, cuentan con las limitaciones geográficas que les impone la escasa profundidad que le impide acceder a los cruceros de mayor tamaño. Y sería ahí donde la batalla entre los puertos podría ser encarnizada a no ser que realmente se planteen la especialización como la solución a sus históricos enfrentamientos.
Este tipo de navieras del tipo premium cuentan con una clientela a la que no sólo le preocupa contar con el lujo extremo a bordo, sino que pagan para que esa exquisitez siga viva cuando llega a un destino que sepa ofrecerles no sólo una ciudad que visitar sino nuevas experiencias.
Es un tipo de cruceros que se caracteriza por el tamaño menor de sus embarcaciones, el número de sus pasajeros y por la ratio de tripulantes por cada crucerista. A eso se le suma que suelen ser barcos que no se conforman con estar unas horas en el puerto de destino sino que suelen pernoctar, permaneciendo amarrado dos o incluso tres noches.
Esa estancia más prolongada se traduce en más excursiones y en más visitas al centro de la ciudad, unidas todas ellas a un mayor gasto por persona. Estos cruceros están lejos de ese gasto medio de 40,6 euros por turista al día.
El puerto de Cádiz parece estar entrando de lleno en este mercado a la vista del aumento de las pernoctaciones de cruceros que tendrán lugar a lo largo de 2023. Serán una docena de barcos los que, de momento, se permitirán el lujo de hacer noche en el puerto de Cádiz.
Muchos puertos hablan ya de la intención de convertirse en puertos “boutique” ya que ven en este tipo de clientela un espacio en el que se prima la calidad a la cantidad.
La APBC ya tiene ahí ya mucho terreno ganado. Como prueba basta con ver la concentración de este tipo de cruceros que se vivirá en el puerto de Cádiz el sábado, 22 de abril.
Ese día coincidirán aquí el Sirena, el Sea Cloud, el Sea Cloud Spirit y el Sea Cloud II. Sólo uno de ellos llega a los 181 metros de eslora, el Sirena, mientras que el resto no llegan a los 140.
El Sea Cloud Spirit está considerado uno de los cruceros más pequeños del mundo, a la vez que se habla de él como el velero más grande. La naviera alemana Sea Cloud Cruises está especializada en cruceros de lujo de navegación a vela y estuvo a punto (la operación se frustró en el pasado mes de febrero) de pasar a manos del fondo especializado en inversiones marítimas The Yacht Portfolio, impulsora, junto a The Ritz-Carlton y su fondo inversor, Oaktree Capital Management, de una línea de yates-cruceros de lujo conocida como The Ritz-Carlton Yacht Collection.
Además, otros muchos cruceros de lujo visitarán Cádiz a lo largo de 2023 y aquí se encontrarán con megayates que como el Azzam o el Yas que ya han convertido el gaditano en uno de sus puertos base.
Primeras escalas
La labor comercial de la propia Autoridad Portuaria, sumada a la de tantas y tantas consignatarias que viajan a todas las ferias y misiones comerciales que se tercien en busca de nuevos clientes se deja entrever en el número de primeras escalas de cruceros que siguen apostando por Cádiz.
En el caso de 2023, serán doce los cruceros que visitarán por primera vez el puerto de Cádiz o bien porque son buques “a estrenar” o bien porque su posicionamiento habitual no incluía este destino en sus itinerarios.
El Azamara Onward, que escalará por primera vez en Cádiz el 2 de abril, no es precisamente nuevo, ya que anteriormente se llamaba R Three y Pacific Princess y es un barco de cruceros propiedad y operado por Azamara Cruises desde 2022 construido en 1999.
En el lista del primeras escalas destacan el MSC Fantasía (17 de abril) y el MSC Magnífica, que, tal y como su nombre indica, petenecen a la naviera MSC Cruceros que ha avanzado ya que en 2023, llevarán a cabo un 26% más de escalas que en 2022.
Así, según el listado provisional de la APBC, MSC Cruceros tiene anunciadas 29 escalas en 2023, entre las que destacan las del MSCOrchestra que se convertirá en uno de los buques más fieles a Cádiz a lo largo del próximo año.
A su vez, resultará singular la primera escala del Norwegian Bliss, construido en 2018, considerado un buque de lujo que este año ha decidido dejar de lado sus itinerarios por Alaska para dejarse ver por Cádiz.
Otra de las estancias más singulares llegará de la mano del Oceania Vista que tomó la decisióon de incluir a Cádiz entre las 18 rutas que protagonizará a lo largo de 2023. El Vista escalará en el Muelle de Cádiz el 8 de agosto en un itinerario que, saliendo de Barcelona, visitará Málaga, Tánger, Cádiz , Lisboa, Oporto, La Coruña, Bilbao, Burdeos y Saint-Malo.
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