En el momento de la entrevista, Israel Rodríguez Fuster se encontraba algo más ocupado de lo normal. ¿Los  motivos? Unos buenos y otros no tan buenos.  Los coletazos de la regata SailGP siguen dándole trabajo, además  de muchas satisfacciones. Lo peor, el fin de semana vivido con la llegada de pateras a las costas gaditanas y el hallazgo de cadáveres de personas que llegan a las  arenas gaditanas en busca de algo mejor para luego toparse con la muerte.

–¿Cuál es el papel de la Capitanía Marítima dentro de un puerto como el de Cádiz?

–A las capitanías marítimas les incumben tareas relacionadas con la seguridad marítima, con la prevención y la lucha contra la contaminación y la ordenación del tráfico marítimo. Fuera de las aguas portuarias estas competencias las tenemos casi en exclusiva. Dentro de las aguas portuarias  concurren competencias que son de las autoridades portuarias  y a veces se producen algunos solapes que siempre conviene delimitar  y aclarar. Por eso, la buena comunicación y coordinación entre la autoridad portuaria  y la Capitanía Marítima es fundamental. 

–¿Y qué tal es su relación con la APBC, con su presidenta y con su director?

–Por un lado, formo parte del Consejo de Administración de la APBC. El  capitán marítimo es  su único vocal nato. La relación es muy cordial y siempre está orientada a resolver todos los problemas que surjan en los que sean necesarias la concurrencias de ambas administraciones: la portuaria y la marítima. De todas formas, las competencias de uno y otro organismo están bien definidas.

Imagen de archivo del edificio que alberga la Capitanía Marítima del puerto de Cádiz

–¿Y su relación con los prácticos, por ejemplo?

–Para mi los prácticos, son “mis prácticos”. Tenemos una relación muy buena y estrecha. Son quienes mejor conocen esta Bahía, y cuando tengo alguna duda al respecto acudo a ellos. Y es más, sin unos prácticos tan altamente cualificados como los de esta corporación quizás no habría sido tan fácil que Navantia atrajera a sus instalaciones barcos tan grandes para meter ahí a reparar.

–¿Se siente, a veces, el hombre malo que vela por que la norma se cumpla sin excepciones?

– De la misma manera que Tráfico vela por la seguridad de los automovilistas y, en ocasiones, tienen que sancionarles, nuestra función es facilitar que cada uno de los agentes de este sector tan complejo puedan desarrollar sus actividades sin obstáculos. 

–En momentos como la celebración de la SailGP, los problemas se habrán multiplicado, ¿no?

–La SailGP ha requerido mucho esfuerzo por parte de todos y de diferentes administraciones y entidades públicas y privadas. Esa labor nos ha llevado meses tanto a administraciones y entidades públicas como privadas 

–¿Cuándo escucha por primera vez el término SailGP?

–A finales de enero de este año. 

–¿Le ha llegado a quitar el sueño alguna noche este evento?

–Nunca. Lo que sí le trasladé a mi equipo fue la necesidad de ponernos a trabajar desde el primer día. A finales de enero, octubre se veía muy lejos, pero el tiempo vuela. 

–¿Y cuál fue el punto de partida?

–Casi lo primero fue realizar un estudio de la Bahía para determinar cuáles serían los mejores lugares que no sólo fueran buenos campos de regata sino que, a la vez, pudieran ser accesibles para el público. Fue un trabajo largo y  se puede decir que no hemos terminado aún. Ahora estamos con los informes y trabajamos en detectar  errores que pudieron cometerse y que habrá que corregir de cara al año que viene. 

–¿Un estudio de la Bahía? ¿No conocemos nuestra Bahía?

–Sí la conocemos, pero no conocíamos esta práctica deportiva y su requerimientos. Era algo totalmente novedoso. 

–Usted siempre habla con la persona del plural: “tuvimos”, “conocemos”... ¿Quién está detrás de esta Capitanía además de Israel Rodríguez Fuster?

–La Capitanía no soy yo solo. Disponemos de un conjunto de personas que trabajamos todos de la mano y con unos mismos objetivos. Tenemos inspectores altamente cualificados, ingenieros navales, capitanes de la Marina Mercante, oficiales radioelectrónicos, jefes de máquinas, sin dejar de lado, por supuesto, al personal administrativo. 

–Y siguiendo con la SailGP. ¿En ese estudio que se hizo podrían haber detectado que no era idónea para ese tipo de regatas?

–Nunca lo hemos dudado, y de ahí los resultados... 

–¿Y se han hecho las cosas bien?

–Sí, sin duda. 

–¿De notable a sobresaliente?

–Yo diría que sí. 

–¿Y qué sabor de boca se han llevado los organizadores?

–A nosotros nos han expresado su gran satisfacción por los servicios que le ha prestado la Capitanía Marítima.

–¿Y la Autoridad Portuaria ha dado la talla?

–La Autoridad Portuaria ha tenido un papel fundamental, imprescindible y trascendental para que esta prueba se haya podido llevar a cabo. La SailGP no sólo ha ocupado el mar. Buena parte del evento se ha desarrollado en los muelles y estos dependen en exclusiva de la APBC.

–¿Y los cruceros? ¿Hasta dónde llega su labor de inspección?

–La Capitanía se encarga de autorizar la entrada de los barcos extranjeros en los espacios marítimos. De autorizar su atraque se encarga la Autoridad Portuaria. La salida sí corre de nuestra cuenta una vez que se comprueba que cumple con las condiciones necesarias:tripulantes, certificados, seguros en vigor, etc...

–¿Y todo eso en un tiempo récord?

–Tenemos para ello inspectores perfectamente cualificados.