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El movimiento de población

La pirámide demográfica de Cádiz se da la vuelta

  • En 2019 vuelven a caer los nacimientos, los fallecimientos y los matrimonios, mientras que los jóvenes se siguen marchando a otras provincias

  • Es una tendencia que se mantiene en los últimos diez años

Paseo en Chiclana

Paseo en Chiclana / Román Ríos

Estamos condenados a un desplome de nuestra población y a la inversión demográfica, que en los últimos veinte años está mostrando unos cuadros preocupantes con un crecimiento vegetativo negativo, es decir, un decrecimiento.

Los últimos datos del Instituto Nacional de Estadística, dados a conocer hoy y que hacen referencia a los seis primeros meses del año, muestran una tendencia acusada de los indicios que se venían apuntando en la última década y que tienen que ver con lo que la crisis económica asoló y con nuestros cambios de comportamiento en las relaciones. También una mejora en nuestra esperanza de vida. Lo que nos hace más viejos, pero no más productivos.

En los seis primeros meses de 2019, contando con que no son los meses más fuertes para los enlaces, en Cádiz se casaron 1.927 parejas, incluyéndose tanto matrimonios heterosexuales como homosexuales. En ese mismo periodo hace veinte años se casaron 2.164 parejas, todas heterosexuales. Este dato, contando con que el matrimonio no es paso obligado para la vida en pareja, no tendría una relevancia demográfica si no se cruzara con el de los nacimientos. En los seis primeros meses de 2019 nacieron en la provincia 4.667, una cantidad muy lejana a todos los que nacieron en todo 1999, que fueron 12.356.

Aquí hay además otras variables económicas y, entre ellos, no se encuentra el aborto, aunque afortunadamente sí el poder de decisión del avance en el conocimiento de los métodos anticonceptivos. Porque los precios de la vivienda, los salarios estancados y los altos índices de paro son los que se encuentran detrás de estos números, además de un concepto de la juventud que se estira como un chicle.

La tasa de natalidad, 8 nacimientos por cada mil habitantes, se iguala a la media española y ha caído más de seis puntos en los últimos 30 años

Esto se puede ver mejor en la tasa de natalidad, el número de nacimientos por cada mil habitantes. En el año del inicio de la crisis, 2008, la tasa de natalidad en Cádiz rozaba el 12, un 11,9. En el último año registrado, 2018, la tasa se desplomó hasta el 8,2, acercándonos a la media nacional y de las provincias más ricas, sin serlo, que está en 7,9. Hace veinte años la brecha era mucho mayor. Hace treinta años, cuando Cádiz tenía una de las tasas de natalidad más altas de España, la diferencia era de más de cuatro puntos y en la provincia se situaba en 14,1. No ha habido un solo año en el que no haya descendido. Contando con que los datos de nacimientos en los primeros seis meses de 2018 fueron 4.863, casi doscientos más, es de suponer que en 2019 vayamos por el mismo camino.

En el lado opuesto de la pirámide encontraríamos a corto plazo una caída de los fallecimientos, que en el periodo estudiado por el INE fueron 5.078 en 2019. En el mismo periodo fueron 5.721. Cada vez nos morimos menos, o mejor dicho, nos morimos más tarde.  La esperanza de vida de un gaditano que en 1999 tuviera entre 75 y 79 años era de nueve año. En la actualidad, roza los doce.

Los recambios productivos no vienen por supuesto por los nacimientos, pero tampoco por los jóvenes. Cádiz registra el mayor índice negativo de España de movilidad laboral interprovincial. Su diferencial es de 75.000 contratos entre los que se hacen aquí para gente de fuera y los que se hacen fuera para gente de aquí. Un alto porcentaje es para menores de 30 años. Se marchan. Tampoco la inmigración. El flujo de inmigración procedente del extranjero en 2008 fue de 5.494. En 2018, 4.761. tro saldo negatrivo para una pirámide de población que se ha vuelto loca. 

 

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