EL PASEANTE

Ni un paso atrás en la peatonalización de Cádiz

La avenida de Portugal en una imagen de archivo. La avenida de Portugal en una imagen de archivo.

La avenida de Portugal en una imagen de archivo. / Lourdes de Vicente

La comunidad escolar del colegio Carlos III ha apostado por la continuidad de la peatonalización de la calle Veedor, en cuanto que beneficia al entorno de este centro educativo, uno de los que más alumnado tiene en el casco antiguo de Cádiz. A la asamblea celebrada en este centro acudieron también representantes vecinales del Mentidero y de Cádiz-Centro.

El gobierno municipal decidió hace unos días eliminar la peatonalización de la calle Veedor, impulsada en la etapa de Martín Vila al frente de la delegación de Movilidad Urbana. El alcalde, Bruno García, justificó esta media indicando que era una solución "técnica" para dar una respuesta a un "problema de gestión del tráfico" generado por la existencia del aparcamiento subterráneo y por la parada de taxis que hay en la plaza de San Antonio.

Esta actuación se ha unido a la decisión de suprimir, también, la peatonalización de la calle Marianista Cubillo y la paralización de la reforma integral de avenida de Portugal, a fin de eliminar la saturación del tráfico rodado que sufre esta vía cada jornada.

En total, tres medidas que suponen una marcha atrás en el proceso de peatonalización de la ciudad. Un proceso que se inició hace más de treinta años, con los ayuntamiento del PSOE de Carlos Díaz, continuó con fuerza en la etapa del PP de Teófila Martínez, y se incrementó en el gobierno de José María González.

A la espera de conocer directamente cuál va a ser la política del nuevo gobierno municipal en materia de movilidad urbana, qué va a pasar con la Zona de Bajas Emisiones (que debería de ponerse en marcha en cuestión de semanas, y que acumula un importante retraso en su desarrollo), que significará el control de los accesos al casco antiguo para el tráfico privado, estas tres decisiones no dejan de preocupar.

Así, se entra en conflicto con las directrices europeas y las del propio gobierno central a la hora de adoptar medidas que rebajen la contaminación producida por el tráfico rodado, implementando medidas de control del mismo, potenciando el vehículo eléctrico y, sobre todo, reforzando el transporte público urbano. Todo ello como parte de la lucha contra el cambio climático desde las propias ciudades.

En todo ello Cádiz venía avanzado poco a poco, con el complicado sistema urbano de la ciudad, con un casco antiguo muy poblado y donde aún se mantiene toda la fuerza comercial y administrativa, punto de llegada de los transportes terrestres y marítimo, y sin espacio en su entorno para crear aparcamientos disuasorios.

A pesar de ellos, ayuntamientos de todos los colores cerraron calles y plazas al tráfico rodado, e incluso barrios completos. El mismo PP de Teófila Martínez elaboró un plan muy ambicioso y radical que no le dio tiempo ejecutar tras el cambio de gobierno en 2015.

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