Cádiz

La pandemia silenciosa que preocupa a los jóvenes de Cádiz

Muchos de los participantes en la jornada sobre la salud mental de los jóvenes quisieron posar en una foto para el recuerdo.

Muchos de los participantes en la jornada sobre la salud mental de los jóvenes quisieron posar en una foto para el recuerdo. / J. B. (Cádiz)

A un lado del ring, los jóvenes. Al otro lado, las administraciones y movimientos asociativos. La intención no era liarse a puñetazos sino poner las cartas sobre la mesa, le doliera a quien le doliera.

Eran unas jornadas organizadas este martes por el Ayuntamiento de Cádiz para hablar de la salud mental de los jóvenes gaditanos. Pero no vinieron especialistas de alto rango para hablar de síntomas o de posibles soluciones sino que un buen número de jóvenes procedentes de varios institutos de Educación Secundaria de Cádiz se acercaron hasta el salón de Plenos del Ayuntamiento de Cádiz para contar ante el micro y frente a los políticos, profesores, movimientos asociativos y colegios profesionales cómo se sienten.

Los medios estamos acostumbrados a que los políticos llegan, se ponen para la foto, abren las jornadas y, “por motivos de agenda”, se marchan con toda su cohorte de asesores. Pero este martes no fue así. Eva Tubío, concejala de Salud y Vivienda, y Helena Fernández, concejala de Asuntos Sociales, salieron al ring a cara descubierta y aguantaron sin parapeto las dos horas en las que los jóvenes fueron dueños del micro y de la palabra.

Sabían que, al igual que lo sabían representantes de parte de la oposición (PSOE y PP) así como de organismos dependientes de la Diputación y de la Junta de Andalucía que iban a decirles de todo menos bonitos. Es justo decir que la concejala de Feminismos y LGTBIQ+, Lorena Garrón, también llegó al salón y, de manera silenciosa, se sentó para escuchar y aprender de los jóvenes, sobre todo porque sabía que mucho de lo que allí iba a ocurrir tendría que ver con su cartera de edil.

Tras una breve intervención de Eva Tubío, Daniel Jesús López, psicólogo y asesor de la delegación territorial de Salud y familia de la Junta de Andalucía y presidente de la Asociación de Profesionales en Prevención y Postvención de la Conducta Suicida (Papageno), fue el que tomó las riendas de las jornadas y pasó a presentar a los chavales para que fueran ellos los que hablaran y los demás escucharan o escucháramos.

Se habló mucho de orientación sexual, de suicidio, de depresión, de ansiedad... Son los jóvenes de la generación de cristal, calificados así por dos causas:porque es una generación transparente capaz de expresar abiertamente sus emociones y pensamientos y, en segundo lugar, porque se les considera una generación débil y sobreprotegida en exceso.

Abrió la jornada Pablo, del sindicato de estudiantes. A él le tocó romper el hielo y lo hizo con cifras:el 40% de los jóvenes está en paro y el 45% si hablamos de “jóvenas”;el 77% de tu salario lo tienes que dedicar para el alquiler;tres meses tienes que esperar si quieres que te vea un especialista en salud mental de la sanidad pública o, si no, tienes que pagar 50, 60 ó 70 euros a un médico de pago para que te vea, seis psicólogos para cada 100.000 habitantes, ”nuestros institutos se caen a pedazos, los colegios tienen amianto, faltan profesores... 11 suicidios al día: la primera causa de mortalidad entre los jóvenes. ¿Cómo no vamos a vivir esta pandemia silenciosa que son las enfermedades mentales? Es una epidemia de salud mental”.

"Necesitamos trabajar en los estímulos que nos ayuden a ser mejores personas”

Julia y Selene, del IES San Severiano, tomaron la palabra afirmando que son una generación formada frente a una pantalla “que nos condiciona nuestra personalidad; somos generaciones creadas por las redes sociales. Necesitamos humanizarnos y sentir que no estamos solos, necesitamos trabajar en los estímulos que nos ayuden a ser mejores personas...”. Los jóvenes piden talleres, espacios para el ocio, relaciones igualitarias, piden oportunidades laborales”.

Claudia y Daniel, alumnos del IES Alberti hablaron de esa sensación de que no te llega el aire a los pulmones: hablaban de la ansiedad. “¿Cuánta carga mental estamos dispuestos a soportar”. Y fueron Claudia y Daniel los que recordaron no sólo las cifras de suicidios entre los jóvenes sino que indicaron que al 26% de los chavales se les ha pasado alguna vez por la cabeza quitarse la vida.

Desde el Cornelio Balbo llegaron Elena y Daniel para hablar de “agresiones a nuestra autoestima” o de que “la juventud se encuentra derrotada y sintiendo que no somos escuchados” o de “jóvenes que viven el día en una noche oscura”. “Pedimos una educación que facilite la expresividad y necesitamos charlas de concienciación;necesitamos un lugar seguro a donde acudir, saber que importamos y, sobre todo, que quieren ayudarnos. Queremos asistencia para sobrevivir a esa pandemia silenciosa”.

Borja y Sandra, del IES Columela, dijeron que “todas las semanas vemos compañeros que tienen que salir de clase por problemas de ansiedad”. “Vemos que sólo hay una manera de ser feliz y es tener buena salud mental”, reiteraron estos dos alumnos del Instituto Columela de Cádiz.

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